MADRID/BARCELONA, 22 (SERVIMEDIA)
El expresidente catalán y líder de Junts, Carles Puigdemont, cargó este sábado contra el actual presidente de la Generalitat, el socialista Salvador Illa, por defender ante el Gobierno central que “todo funciona muy bien” mientras Cataluña “se derrumba”.
Puigdemont, que intervino desde Waterloo en el Consejo de su partido, en Mollerusa (Lérida), se refirió, en concreto, a la situación de Rodalies, “que afecta a decenas y cientos de miles de ciudadanos” y que afecta a las personas, a la economía y a la cohesión social.
También reprochó a Illa que acuda a Madrid para “tranquilizar a los poderes del Estado” y asegurar que Cataluña no molestará más ni reclamará el dinero que el Estado le debe, a juicio del líder independentista.
“Cataluña no necesita un Gobierno que no solo mire más a Madrid que a sus ciudadanos, sino que además tenga concejales que vivan en Madrid. Cataluña no necesita eso”, recalcó durante su intervención.
Asimismo, responsabilizó a los socialistas de poner en riesgo inversiones importantes para el desarrollo de la comunidad y afeó a Illa que no reclame los 20.000 millones que los catalanes “regalan” a los españoles cada año.
MENTIRA DE LA NORMALIDAD
En contraposición a las políticas del PSC, Puigdemont presentó a su partido como la alternativa, porque “busca y encuentra soluciones” donde los socialistas no lo hacen, y se refirió a las políticas en inmigración o el reparto de los menores extranjeros no acompañados.
El líder de Junts agradeció a su partido la labor explicativa que está haciendo en cada rincón de Cataluña para explicar su propuesta “sin complejos” y para demostrar a los catalanes que “hay esperanza”.
Para Puigdemont, estas iniciativas también sirven “para desenmascarar la mentira de normalidad que proclaman todos los días para el desayuno, la comida y la cena”. En su opinión, la situación de Cataluña “no tiene nada de normal” y recalcó que los suyos no quieren acostumbrarse a ella.
El político independentista incidió en que “el Estado nunca invierte lo que aprueba para Cataluña” y denunció, por otro lado, “una intolerancia absoluta hacia los derechos fundamentales de los catalanohablantes”.
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