MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha logrado esta semana un balón de oxígeno para reanimar su estrategia política gracias al principio de acuerdo alcanzado con Vox para aprobar los presupuestos para la reconstrucción de Valencia. Sin embargo, su situación “orgánica” dentro del PP no ha cambiado y Génova sigue sin poner fecha al Congreso regional, que, según los estatutos, debería celebrarse en julio.
El presidente autonómico ha sido uno de los principales protagonistas de la semana, como viene siendo habitual desde la trágica dana del pasado 29 de octubre, que dejó 225 fallecidos y tres desaparecidos. A primera hora de la mañana del lunes, su equipo convocó de urgencia una rueda de prensa y anunció un pacto con Vox que da estabilidad a la legislatura y le permite afianzarse en el cargo frente a las protestas en la calle.
El presidente valenciano negoció con el partido de Santiago Abascal desde el pasado mes de enero y tuvo que asumir algunos de sus postulados, como el rechazo a acoger más menores migrantes no acompañados o su oposición al Pacto Verde Europeo impulsado por su propia formación. Además, el PP de Alberto Núñez Feijóo asegura que frenó “otras versiones inaceptables” del preacuerdo, extremo que desmienten en Vox.
En el proyecto de presupuestos, introdujo recortes a la promoción del valenciano y la memoria democrática, pero esquivó –por ahora– otras exigencias de Abascal como la inclusión de partidas para financiar el retorno de inmigrantes irregulares y verificar la edad de los menores extranjeros no acompañados, o una reducción de las subvenciones a sindicatos del 30%.
Sin embargo, desde el primer momento, la dirección nacional del PP desvinculó este hito de la vida “orgánica” del partido, que ha experimentado varios sobresaltos en las últimas semanas a cuenta de informaciones periodísticas sobre el Congreso del PPCV.
CONGRESO DEL PPCV
Hace unas semanas, Génova salió a desmentir que estuviera explorando la posibilidad de poner una gestora al frente del partido para reemplazarle por la alcaldesa de Valencia, María José Catalá. Y este sábado, negó que se haya retrasado el cónclave a 2026. “No ha habido debate alguno acerca de la fecha porque estamos centrados en la reconstrucción. Lo orgánico pasa a un segundo plano porque la prioridad allí es la gestión pública”, afirmaron ayer fuentes del PP. La cúpula del partido se abre así a incumplir los estatutos, como ya ha hecho en Cataluña, para abordar la renovación del liderazgo con más margen.
La posición de Mazón a nivel interno continúa de este modo en ‘stand-by’. Feijóo vinculó su futuro al éxito de la reconstrucción de Valencia y, posteriormente, introdujo la cuestión judicial en la ecuación tras la imputación de Salomé Pradas, la exconsejera de Emergencias durante la catástrofe, por presuntos delitos de homicidio y lesiones por imprudencia. “El PP tomará la decisión más oportuna, ¿por qué? Porque nos interesa volver a gobernar en Valencia”, llegó a explicitar en una entrevista en Telecinco el pasado 24 de febrero mientras Mazón confirmaba en Madrid que no llegó al Cecopi, el órgano que gestionó la dana, hasta las 20.28 horas, justo después de que el 112 mandara el mensaje de alerta a los móviles de los valencianos.
Así, Feijóo opta por ahora por mantener a Mazón, aunque tampoco cuenta con muchas más alternativas. La posibilidad que ha sonado con más fuerza –y que más recelos ha despertado en el Ejecutivo valenciano, según fuentes del mismo– era la de aupar a Catalá, pero está descartada en estos momentos por el rechazo de Vox, que se siente cómodo con Mazón y pondría dificultades a cualquier candidato alternativo que le propusiera Génova –que solo puede elegir entre los diputados de Les Corts–. La segunda posibilidad, que no se ha contemplado por la fragilidad de las siglas en la actual coyuntura, es ir a elecciones. En ese caso, Mazón tendría que renunciar a dar la guerra para que el proceso no fuera traumático.
EN LAS FALLAS, POR SORPRESA
En esta coyuntura, el ‘president’ gana oxígeno para seguir al frente de la Generalitat Valenciana y retomar su estrategia, fiada al éxito de la reconstrucción y a la comparación de esfuerzos con el presidente Pedro Sánchez. Esta semana, el Ejecutivo autonómico cifró en 18.000 millones de euros los daños provocados por la catástrofe y Mazón, ante la ausencia de miembros del Gobierno central, anunció que remitirá una carta a Sánchez para “obtener su compromiso económico y de máxima coordinación” con el objetivo de “acelerar” la recuperación.
El principal reto al que se enfrenta ahora es el enfado de los valencianos con su gestión. El alicantino lleva meses evitando la ‘zona cero’ de la dana y limitando su exposición a la calle. De hecho, se ausentó de las Fallas… hasta que este miércoles apareció por sorpresa en la Cremà de la falla municipal del Ayuntamiento de Valencia junto a Catalá. “Han sido unas Fallas de trabajo y presupuestos”, afirmó ante la prensa para justificar su decisión de no acudir durante los 18 días previos. No supo explicar, sin embargo, por qué el acto no estaba reflejado en su agenda pública.
Este jueves, Mazón recibió por primera vez en el Palau de la Generalitat a cuatro familiares de las víctimas de la dana que protestaban a las puertas de la sede del Gobierno autonómico. Según informó una de estas personas ante los medios de comunicación, el presidente valenciano se comprometió a recibir a más en grupos y les pidió perdón. 24 horas después, volvió a ser increpado por otras dos personas que, a su entrada en un acto, le llamaron “asesino”.
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