MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
Los 357 refugiados afganos que llegaron a España en los meses de abril y de agosto han sido acogidos en la Comunidad de Madrid, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña, Murcia, Andalucía y Extremadura, con la salvedad de 113, a los que se les ha dado plaza en un dispositivo provisional de emergencia a la espera de ser trasladados a plazas acordes con sus necesidades.
Según informó Inclusión, los 357 refugiados afganos llegados a España en dos vuelos, uno el 21 de abril y otro el 10 de agosto, están agrupadas en 96 unidades familiares, 31 unipersonales y tres más de nueve miembros, siendo el tamaño medio de las familias de seis miembros.
Las 96 familias ya se encuentran en una de las plazas del sistema de protección internacional, a cuyos integrantes se les ha derivado nada más llegar, por lo que, en esta ocasión, y a diferencia de las anteriores, no tuvieron que pasar la noche en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
De los 357 refugiados afganos, 216 son adultos (107 hombres y 109 mujeres) y 141 menores (64 niños y 77 niñas); por su parte, el 50% de ellos son menores de 24 años y sólo el 4% es mayor de 60.
Respecto al nivel de estudios de los adultos, el 37% tiene estudios universitarios y un 35% posee estudios de secundaria.
El reparto por territorios de los 357 refugiados afganos es el siguiente: Comunidad de Madrid (93), Aragón (65), Castilla-La Mancha (64), Cataluña (9), Región de Murcia (5), Andalucía (4) y Extremadura (4).
Además, a 113 de ellos se les ha trasladado a un dispositivo provisional de emergencia a la espera de proveerles una plaza acorde con sus necesidades.
Posteriormente, comenzará la fase de acogida, en la que, además de garantizarles las condiciones materiales de alojamiento y manutención, se diseñará un itinerario individualizado que facilite su inclusión y adquisición de autonomía.
Durante ese tiempo, tendrán acompañamiento social, psicológico y jurídico, enseñanza del idioma y actuaciones de alfabetización, si se precisan, asesoramiento sociolaboral y programas de formación, servicios de traducción e interpretación y acceso al sistema educativo.
Cuando se consoliden los conocimientos y habilidades que, según Inclusión, hagan efectiva su plena inclusión en la sociedad, comenzará la fase de autonomía, que se produce con la salida del recurso de acogida e implica la continuación del itinerario individualizado diseñado desde el principio.
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