MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
El que fuera director de la selección de fútbol Albert Luque aseguró este miércoles en el juicio que se sigue en la Audiencia Nacional por el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso que nunca ofreció trabajo a Ana Ecube, amiga de Hermoso, a cambio de influir en la jugadora para que restara importancia al beso que le dio Rubiales en la celebración de la victoria en el Mundial de Australia.
Ecube dijo en su declaración como testigo que Luque le llegó a insinuar que si Hermoso accedía a exculpar a Rubiales el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sería generoso y nunca les faltaría trabajo.
Preguntado por esta afirmación Luque aseguró: “Mi posición no es dar trabajo. ¿Yo por qué le voy a dar trabajo si ni siquiera sé a qué se dedica? Yo no puedo ofrecer trabajo”.
Luque se negó a responder a las preguntas de la fiscal. Inició su exposición explicando que había hecho muchos favores a Hermoso y que le envió un WhatsApp en Ibiza porque quería hablar con ella. Al no recibir respuesta decidió ir a ver a la jugadora al hotel.
“Voy al hotel y justo recibo una respuesta suya. Me dice: ‘sé que intentas hacer lo correcto, pero no quiero hablar con nadie, gracias por preocuparte’. Le digo que estoy abajo y ella me dice ‘lo siento, no voy a bajar'”. Luque explicó que su relación con Hermoso rebasaba lo profesional y era de amistad.
Más tarde, Luque se entera de que Ana Ecube, amiga de Hermoso quiere hablar con él. En una conversación de unos 15 minutos, la joven le dice que la futbolista no quiere hablar y quedan en intentar desayunar los tres al día siguiente, pero ese encuentro no llega a concretarse. “En ese momento desconecto y sigo haciendo mi vida. Me sentó mal que ella no quisiera hablar conmigo”, relató Luque.
Al día siguiente “veo que hay un comunicado. Rubiales también es mi amigo, yo estoy en el medio. Con ese comunicado sabía que todo iba a aumentar. En ese momento me escribe Ana. Me dice que me merezco una explicación por ese comunicado. En ese momento le contesto mal, que ahora me arrepiento. Ella me vuelve a escribir para ver si nos podemos tomar un café en Madrid. En todo momento las conversaciones con Ana son de buenas maneras”.
Por su parte, Rubén Rivera, exdirector de marketing de la RFEF, también acusado en este juicio en el que la Fiscalía le pide año y medio de cárcel por coacciones, negó haber participado en alguna presión a la jugadora.
Reconoció haber hablado dos veces con Ana y no tener la sensación de que Luque tuviera ninguna intención de “presionar” a la jugadora. “Me pareció lo más normal que quisiera hablar con ella”.
Explicó que accedió a los requerimientos de Luque y de García Cava para hablar con Hermoso porque “lo contrario hubiera sido absurdo. Yo soy un profesional y ellos son directivos de la Federación”. Insistió en que “en ningún momento” vio mal a Hermoso.
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