MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
El Gobierno celebra el debate abierto sobre el modelo fiscal que defiende y que contrasta con el que pone en marcha el Partido Popular a través de las comunidades autónomas en las que gobierna y, para ello, dio a conocer el nuevo impuesto a “personas millonarias” en el que llevan semanas trabajando “de forma silenciosa”.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, fue la encargada el miércoles de abrir la puerta a este nuevo gravamen para confirmar, 24 horas después, que será una realidad “lo antes posible”, con entrada en vigor el próximo 1 de enero.
Esta es la reacción, confirman desde el Ejecutivo, de que el Partido Popular abriera el debate fiscal tras el anuncio del presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, de “suprimir” el impuesto de patrimonio y adelantar que deflactará la tarifa autonómica del IRPF a los tres primeros tramos del gravamen, hasta 40.000 euros.
Tras el anuncio, en el PSOE y el Ejecutivo se lanzaron a atacar esta supresión calificándola de un premio para los ricos y ahondaron en la premisa de que el PP solo piensa en las clases pudientes mientras los socialistas gobiernan para la “mayoría” de la ciudadanía.
Desde el Gobierno, la ministra de Política Territorial y portavoz, Isabel Rodríguez, contrapuso el modelo de trabajo del Ejecutivo de “fortalecer lo público” frente a los que apuestan por “eliminar impuestos a los privilegiados” y que disminuyen así los “recursos que van dirigidos a estas políticas públicas”.
El fin del Ejecutivo con esta contraposición de modelos radica, según fuentes consultadas por Servimedia, en dos aspectos: primero combatir el mantra de que el PP es quién baja impuestos y los socialistas los suben y, segundo, afianzar el perfil progresista de que los que más tienen más contribuyan.
En La Moncloa celebran que se haya abierto este debate sobre los modelos tributarios que defiende unos y otros porque creen que contribuye a su estrategia de “desmontar” a Alberto Núñez Feijóo y desgastar la imagen centrista del PP identificándolo como un partido que sólo beneficia a los “poderosos”.
A ello suman la crítica, desde la semana pasada, por la negativa del PP de permitir el debate en el Congreso del nuevo impuesto a energéticas y entidades financieras, que llega a impulsar -aunque con matices- la propia Comisión Europea y los ‘populares’ en Europa.
Por su parte, La Moncloa consideran que se abre la oportunidad de presentar al presidente del Ejecutivo capaz de combatir a los poderosos en beneficio de las clases medias y trabajadores, a los que, remarcan, se les bajan los impuestos.
En el Gobierno defienden que no hay ningún ciudadano en España que no se haya beneficiado de alguna de las políticas públicas impulsadas para paliar las consecuencias de la guerra en Ucrania, entre las que destacan las rebajas fiscales en el recibo de la luz y en el del gas.
Así las cosas, en el Ejecutivo admiten que se sienten “cómodos” con este debate en materia fiscal y la contraposición de modelos porque, aducen, les permite continuar en la estrategia de mostrar las carencias que, aseguran, tiene Feijóo y más en materia económica y desmontar su papel de gestor.
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