MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
La Comisión 8-M reivindicó este sábado la lucha feminista y “antirracista” frente al auge de la ultraderecha y sus discursos negacionistas, así como frente al fortalecimiento de las políticas económicas capitalistas que ponene “en riesgo” las vidas de las personas más vulnerables.
Antes de arrancar la manifestación en Madrid, Katy Solorzano reivindicó esta Comisión como la plataforma “independiente” que sale a las calles desde los años setenta del siglo pasado para defender los derechos de las mujeres, también las trans y las personas no binarias, y que este “más que nunca” exhibe también un máxima “antirracista”.
“No queremos techos de cristal pero tampoco suelos pegajosos”, proclamó, defendiendo los derechos de todas las mujeres más allá de su origen, condición, raza o color de piel, así como una sanidad pública universal que garantice un acceso “igualitario” al derecho al aborto, y una justicia “antipatriarcal y no revictimizante”. Hay que salir a las calles no solo para defender lo ya conquistado sino para reivindicar “lo que nos queda” por conquistar.
Olga Navarro, por su parte, consideró “muy grave” la situación en el mundo por el auge de una ultraderecha que pretende “eliminar” los derechos ya conseguidos y un capitalismo que “pone en riesgo” la vida de muchas personas, especialmente las mujeres y las más vulnerables, poniendo como ejemplo de ello las diferentes guerras que asolan muchas zonas del planeta.
Señaló al Gobierno de la Comunidad de la Madrid, presidido por Isabel Díaz Ayuso, como ejemplo de los “recortes” y de pretensión de “eliminar” los derechos de las personas trans, “colocándonos en situaciones de desamparo legal”, así como de “precarización” de la sanidad pública para “aumentar el negocio de la sanidad privada”.
Carmen Domenech, finalmente, reclamó “que la vergüenza cambie de bando”, el reconocimiento de las enfermedades profesionales de las trabajadoras del hogar y de las camareras de piso, y el combate contra los discursos de odio, sobre la premisa de que toda la sociedad gana cuando un colectivo avanza en derechos.
Reclamó también que los derechos de las personas trans se reconozcan para las personas migrantes, a aprobación de la ILP que reclama la regularización de 500.000 inmigrantes en situación irregular, la lucha contra todos los tipos de violencia, y el acceso al aborto sin trabas administrativas.
Denunció que “el rentismo, como el patriarcado, genera violencias”, y las dificultades de acceso a la vivienda impiden a muchas mujeres víctimas de violencia de género huir de sus agresores. Reclamó, finalmennte, una memoria histórica pero también feminista, antirracista y antifascista.
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