MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
La ministra de Defensa, Margarita Robles, visitó este viernes la Academia de Ingenieros de Hoyo de Manzanares en la que un centenar de militares ucranianos se forma en la detección y destrucción de artefactos explosivos.
Según informó el Ministerio de Defensa, se trata de un curso de tres niveles docentes de cinco semanas cada uno, que permite a los alumnos convertirse, al finalizarlo, en formadores en sus propios países.
El centro de desminado de Hoyo de Manzanares acoge a una promoción de 100 combatientes ucranianos que, en varias rotaciones, están recibiendo formación en cada uno de los tres niveles en los que se articula el curso.
En estos momentos se está impartiendo el segundo escalón formativo, consistente en ofrecer aprendizaje en la destrucción de múltiples artefactos explosivos a la vez y adquirir capacidades para la jefatura de un equipo de desminado.
El desminado humanitario se define como aquel que se lleva a cabo en una zona de conflicto una vez que cesan las hostilidades. En este sentido, se trata de una formación fundamental para el personal ucraniano, de cara a la finalización de la guerra, para poder garantizar la seguridad de los territorios y la población civil.
Margarita Robles subrayó “la importancia de esta formación, que se suma al resto de módulos que se desarrollan en nuestro país para adiestrar a personal ucraniano en distintas materias, como atención sanitaria, en el marco de la misión Eumam”.
La titular de Defensa recalcó el apoyo de España a Ucrania, no solo con el envío de material, sino también con este tipo de acciones que “permiten mejorar las capacidades de los soldados ucranianos, así como adquirir conocimientos y habilidades para contar con más recursos en el marco del actual conflicto”.
En sus palabras a los alumnos, la ministra aseveró que “Ucrania tiene que ganar esta guerra” y agradeció el trabajo del ejército español y su compromiso con el personal ucraniano.
EXPERIMENTADOS EN COMBATE
El equipo de formadores está compuesto por 21 personas más cuatro intérpretes que ofrecen un asesoramiento integral a los alumnos, quienes reciben clases de 8.30 a 17.30 horas, permaneciendo en régimen interno en la academia, donde cuentan con unas modernas instalaciones para alojamiento y la práctica deportiva.
Además, cada dos semanas realizan actividades y visitas culturales para los alumnos que, en un 46%, cuentan con experiencia en combate. De ahí también la importancia del apoyo psicológico que también se presta en el centro para poder tratar el estrés y las consecuencias derivadas de haber estado en el frente. El centro ha ofrecido, desde su certificación como centro nacional de referencia en 2002, un total de 64 cursos a casi 1.400 alumnos de 30 países.
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