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España debería incrementar su inversión en defensa en 21.438 millones de euros para alcanzar el 2% del PIB en 2029

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MADRID, 22 (SERVIMEDIA)

España tendría que acelerar su gasto en Defensa en 21.348 millones de euros hasta 2029 para llegar al objetivo del 2% del PIB ese año, según las estimaciones del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), compartidas con Servimedia.

El gasto estimado en Defensa se sitúa este 2025 en 21.029 millones de euros, el equivalente al 1,32% del PIB, con datos de Gestha a partir de los gastos de defensa de los países de la OTAN y de los compromisos asumidos por España.

Para llegar a ese 2% en 2029, España tendría que acelerar el gasto en 5.098 millones de euros este 2025 y en 8.125 millones de euros en el próximo año. Para 2027, Gestha calculó un esfuerzo de 5.417 millones de euros, y en 2028, 2.708 millones. Con estas previsiones, España destinaría a Defensa 31.863 millones de euros en 2029.

El gasto de España en Defensa es inferior al de otros países de la OTAN y esa diferencia ha vuelto a aflorar en las últimas semanas, cuando la inversión en Defensa y Seguridad se ha situado en el centro del debate con el nuevo escenario geopolítico y los cambios en política exterior de Estados Unidos.

España ocupó en 2023 el antepenúltimo puesto en gasto en Defensa dentro de la OTAN, con un 1,24% de su PIB. Por detrás de ella sólo se situaron Bélgica y Luxemburgo.

Ese puesto rezagado en el gasto en comparación con el resto de socios viene de lejos. El objetivo de llegar al 2% del gasto en Defensa empezó a hablarse en 2014, pero no lo cumplieron ni España ni otros miembros de la OTAN, como recordó en declaraciones a Servimedia el general en la Reserva y asesor de LLYC Pedro Méndez de Vigo.

“España en 2014 estaba saliendo de la crisis económica de 2008. Había otros problemas y arrastrábamos los pies. No había percepción de problemas de seguridad”, detalló. Sin embargo, el escenario ahora es otro. “La situación geopolítica, lejos de mejorar, está muy incierta, y la llegada de Trump ha puesto más presión en el asuntó”, agregó Méndez de Vigo.

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DE LAS REGLAS FISCALES A LOS FONDOS NEXT GENERATION

La necesidad de invertir más en Defensa ya es unánime en la Unión Europea. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, habló de esta cuestión en la Conferencia de Seguridad de Múnich, a mediados de febrero, y planteó la posibilidad de relajar las reglas fiscales, como ya se hizo durante la pandemia.

El comisario europeo de Economía, Valdis Dombrovskis, se pronunció este viernes en términos similares durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Bruselas. Dombrovskis abogó por un “incremento sustancial” del gasto europeo en Defensa y planteó la activación de “cláusulas de escape para que los países puedan gastar más”.

El investigador de Fedea Diego Martínez apuntó que la relajación o la congelación de las reglas fiscales “es viable, pero sería una chapuza”, sobre todo teniendo en cuanta que no llevan ni un año en vigor tras la pandemia. Martínez señaló que ya se contemplan dos válvulas de escape: cuando se trate de una recesión o de algo puntual. “Esto no es puntual. Es algo que nos va a acompañar durante lustros”, dijo sobre la necesidad de apostar por la Defensa y la Seguridad.

El investigador de Fedea vio más probable que España prefiera que la inversión en Defensa se financie con “recursos comunitarios y mutualizados de la Unión Europea (UE)”, como ya ocurrió con los Fondos Next Generation, pero esta vez con una aplicación a la Defensa.

Martínez también planteó “la cesión de algún tramo de un impuesto, como el IVA, el Impuesto de Sociedades o los especiales, a Europa, para que esta se endeudase y pudiese financiar el gasto”. “Para poder endeudarte de manera recurrente y generosa, hace falta tener capacidad fiscal detrás”, detalló a Servimedia.

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Los economistas también vieron oportunidades para mejorar el gasto a través de la colaboración público-privada y la I+D+i. El director del Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas (CGE), Salvador Marín, defendió que esta apuesta por la I+D+i “va a generar impuestos por las propias empresas” y, a través de esa recaudación, se puede mejorar la inversión.

Marín también se mostró partidario de utilizar partidas de los Fondos Next Generation que no se hayan ejecutado para reforzar la Defensa en España.

Entre las propuestas de Gestha, “las más realistas” para España son aquellas que incluyan “una línea de financiación de la UE para alcanzar los objetivos nacionales en un plazo de tiempo acelerado”. Los técnicos de Hacienda creen que se puede completar con créditos del Banco Europeo de Inversiones (BEI) para los países que lo necesiten.

“En este sentido, parece razonable que el aumento del gasto corriente en Defensa y el aumento del endeudamiento que se precise, quede excepcionado del cumplimento de la Actualización del Programa de Estabilidad 2023-2026 presentada por el Gobierno de España, de acuerdo con las vigentes reglas fiscales de la UE”, agregaron desde Gestha.

Méndez de Vigo también aludió al BEI, aunque al margen de los organismos internacionales, para él el obstáculo está dentro: España no tiene presupuestos y mantiene prorrogados los de 2023. Pero los problemas para el general en la Reserva y asesor de LLYC no acabaron ahí.

“Hay un componente técnico. Aunque hubiera presupuesto, luego ejecutarlo no es fácil porque hay que tener órganos de contratación para ellos y la Ley de Contratación tiene unos plazos y unos requisitos”, avisó. En su opinión, a la hora de destinar recursos a la inversión, “habrá que hacer un poco de todo”, y añadió que muchos gastos presupuestarios ya están “muy comprometidos”. “Seguramente hay que relajar las reglas fiscales en deuda y déficit. Otra postura más ambiciosa es una financiación mancomunada con la Unión Europea, como con la pandemia”, enumeró.

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DE LA DISUASIÓN A LA DISTENSIÓN

Méndez de Vigo describió el cambio en el contexto geopolítico: “Hemos pasado de un principio estratégico de la distensión a una situación estratégica de la disuasión, que se trata de convencer a otros de que no les compensa agredirnos, pero lo caro de verdad es tener que defenderse de una agresión”.

Esto plantea en la sociedad el debate sobre el aumento en Defensa, que “siempre es un esfuerzo enorme” para los ciudadanos porque procede de sus impuestos, como admite el asesor de LLYC. Pese a ello, cree que “la sociedad está cambiando” y la situación es distinta a la de hace una década, cuando esta conversación “hubiera sido muy controvertida”.

“Hay gastos que son más asumibles pero lo que de verdad es carísimo y produce desgarro enorme es si no basta con la disuasión y hay que ir a la defensa”, advirtió.

Martínez no compartió esa visión de aceptación de este gasto entre la sociedad española. El investigador de Fedea cree que “no se ha hecho pedagogía fiscal” en lo referente a la inversión en Defensa y la respuesta en este momento podría “no ser favorable”.

“Si en los próximos años se hace y se convence al ciudadano de que las amenazas son graves y hay que poner de dinero, entonces sí. Pero nos los encontramos de repente y la gente estalla”, opinó.

Desde el CGE, Marín insistió en que la Defensa debería entender como “una política de Estado” y que los ciudadanos lo comprendan como una prioridad, sin mezclar este debate con cuestiones como la sanidad, la educación o las pensiones. “Nadie está libre de entender que la defensa es importante”, concluyó.


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