MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) dejará atrás un mal año tanto a nivel electoral como interno y comenzará el nuevo apostando por recuperar el lugar que “le corresponde”, pero lo hará con un partido “dividido”, ya que su congreso nacional puso de manifiesto las diferentes corrientes que hay dentro de la formación.
Este partido comenzó el año gobernando la Generalitat de Cataluña, aunque en minoría tras la salida de Junts a finales de 2022. Además, esta formación ratificó a Pere Aragonès como candidato, nuevamente, a las próximas elecciones catalanas que estaban previstas para febrero de 2025.
Sin embargo, en marzo, pese a que el Ejecutivo republicano mantuvo negociaciones hasta el último minuto con los Comuns, finalmente no se llegó a un acuerdo y este partido tumbó los presupuestos de la Generalitat pese a contar ya con el apoyo del PSC. Esto hizo que, ese mismo día, Aragonès adelantara las elecciones catalanas al 12 de mayo.
ERC confiaba en seguir siendo el primer partido independentista en Cataluña y fio su campaña electoral en detallar a la ciudadanía los hitos que había conseguido desde el Gobierno catalán y con sus diputados en Madrid y alertando de que volverían “los recortes” de los Junts se siente “orgulloso” a este territorio si este partido volvía al ejecutivo.
Pese a los esfuerzos, ERC no consiguió convencer a los catalanes y el día de las elecciones acabó perdiendo 13 escaños. Dejó de ser la primera fuerza política independentista en detrimento de Junts y vio como Aliança Catalana, la formación de Silvia Orriols, entraba en el Parlament con dos diputados.
GUERRA INTERNA
Este mal resultado provocó que al día siguiente Aragonès anunciara que abandonaba la primera línea política y que Oriol Junqueras optara por dejar la presidencia del partido de forma temporal tras los comicios europeos que tuvieron lugar el 9 de junio. En esa cita electoral, ERC consiguió salvar los muebles, aunque volvió a quedar por detrás de Junts.
Además de la mala relación de este partido con Junts, con quien rivalizó en el Congreso de los Diputados para ver quién había obligado al Gobierno a aprobar una ley de amnistía, ERC se encontraba en una guerra interna por el control del partido que enfrentaba a Junqueras y Marta Rovira, aunque esta ya anunció que no repetiría como secretaria general.
Esta guerra interna, en la que casi cada semana se abría un frente nuevo, se recrudeció a medida que se acercaba el congreso nacional del partido. De hecho, más de 300 militantes firmaron un manifiesto que pedía relevar a Junqueras y toda la “cúpula dirigente” de ERC que firmaron tanto Rovira como Aragonès.
CARTELES Y ESTRUCTURA B
En plena guerra interna, estalló el tema de los carteles que aparecieron en plena campaña de las elecciones municipales de mayo de 2023 burlándose del alzhéimer que sufre el expresidente Pasqual Maragall. En julio de este año ERC admitió que esta acción salió de sus propias filas.
El tema de los carteles destapó que existe una denominada ‘estructura B’ en el partido. Además, según unos audios que publicaron RAC 1 y el diario ‘Ara’, los responsables de comunicación de esta formación sabían desde hacía tiempo que los autores de los citados carteles eran miembros del partido.
La primera víctima de estos carteles fue el exviceconsejero del Gobierno catalán, Sergi Sabrià, quien pocos días después anunció su dimisión, pero dejando claro que no era “culpable de nada”. El día que anunció su marcha insinuó que el sector que apoyaba a Junqueras quería vincularle a esta polémica para que dejara el partido.
Este tema también hizo que abandonara el partido Ernest Maragall. En una breve rueda de prensa, señaló que no podía “permanecer callado” y que su “silencio” se confundiera con “conformidad o complicidad”. Además, dejó ERC asegurando que seguiría defendiendo que “es necesario abrir una nueva etapa con nuevos liderazgos”.
CONGRESO NACIONAL DE ERC
Con este panorama el partido llegó a la primera parte de su congreso nacional, que se celebró el 30 de noviembre. Los militantes votaron tres candidaturas: Militància Decidim, liderada por Junqueras; Nova Esquerra Nacional, apoyada por Rovira, y Foc Nou. Ninguna de ellas alcanzó el 50% necesario y las dos primeras se enfrentaron en una segunda vuelta el 14 de diciembre. Finalmente, el exvicepresidente de la Generalitat consiguió ser reelegido líder de ERC.
Así, la nueva ejecutiva de ERC, liderada por Junqueras y Elisenda Alamany, se propuso “recoser” el partido y dejó claro que el tiempo de las candidaturas “ya ha pasado” y solo hay un partido, “que es ERC”. Por el momento, decidió relegar a Marta Vilalta, que apoyó a Nova Esquerra Nacional, de la portavocía en el Parlament de Cataluña.
Con la mente puesta en “recuperar” en 2025 el lugar que “le corresponde” a ERC, el partido celebrará a finales de febrero o principios de marzo la segunda parte de su congreso nacional, un encuentro en el que, de cara a las ponencias, se podrían poner de manifiesto las distintas corrientes que hay actualmente en las filas republicanas.
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