MADRID, 21 (SERVIMEDIA)
Los socialistas siguen “optimistas” sobre la posibilidad de seguir en el Gobierno y aseguran que mantienen su camino en la resolución “política” del conflicto de Cataluña pese a las críticas de los exdirigentes socialistas Felipe González y Alfonso Guerra a una eventual amnistía a independentistas catalanes.
Los ecos de las palabras de González y Guerra resonaron en las filas socialistas, pero en el partido se extendió la idea de “no entrar” y alimentar este “ruido”, máxime cuando, esgrimen, aun “no hay más” sobre los contactos y se desconoce la posición que se abre a pactar con el partido que lidera Carles Puigdemont.
Además de las críticas de Guerra y González, la atención la captó las declaraciones de Sánchez, en las que apostó por “devolver a la política lo que nunca tuvo que salir de la política”. Respondió así en Nueva York al ser preguntado por la situación judicial del expresidente catalán, fugado de la Justicia para no responder por todo lo relacionado con el ‘procés’, evitando, como decía antes, que Puigdemont debe rendir cuentas ante la Justicia.
En las filas socialistas se sostiene que el presidente fue “claro” en sus palabras porque “nuestra trazabilidad está clara” y no están “locos”, ya que llevan “cinco años haciendo lo mismo” que es, esgrimen, practicar el “diálogo” dentro del “marco de la Constitución. Si bien, defienden algunas voces socialistas que la amnistía es interpretable dentro de la Constitución “como todo” lo que hay en ella.
“POSOS DEL CAFÉ”
No obstante, apuntan que no suelen leer los “posos del café” para eludir confirmar las interpretaciones de que las palabras de Sánchez están abonando el terreno para poner en marcha una amnistía. “Llegamos hasta donde podemos”, dicen fuentes socialistas.
En Moncloa optaron por “no querer a un periodista a menos de diez metros” porque, según trasladan fuentes socialistas, “no hay más” para contar “ni vamos a contar más”, ya que, defienden, no se ha avanzado en los contactos e iniciado una negociación en serio a la espera del encargo oficial de la investidura. En esta línea, en el PSC reconocen que tienen consigna de no entrar en este debate y que, como marcan todos los socialistas, está “acordado” que los “pasos” los da el presidente.
Públicamente, sobre el asunto de la amnistía solo se pronunció la ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Rodríguez, para remarque que Sánchez habló con “absoluta contundencia” desde Nueva York y que “no es nuevo. Lleva cinco años gobernando, lo ha hecho siempre con el prisma de avanzar en España en muchos ámbitos” y “dando respuesta a la cuestión territorial, recuperando la paz y la convivencia en Cataluña y el conjunto de España y siempre bajo el paraguas de la ley y la Constitución y esa será siempre la senda del presidente”, remachó.
“NADIE OBLIGA”
Las palabras de González y Guerra no gustaron en el PSOE, pero las enmarcaron, por un lado, en la promoción del libro y, por otro, en la libertad de opinión dentro del partido. Las diferenciaron de las que provocaron la expulsión de Nicolás Redondo Terreno porque son “una discrepancia puntual” y, en el caso del expresidente, se cuidó de citar a Sánchez.
No obstante, recordaron que “nadie obliga” a estar en la organización, es algo voluntario, al tiempo que alguno recordaba cómo llevaban ellos la crítica cuando lideraban el partido.
De hecho, alguna voz dentro del Ejecutivo también dejó caer las cosas que “fuera de la Constitución” que pudieron cometerse bajo los gobiernos de González y Guerra.
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