MADRID/BARCELONA, 01 (SERVIMEDIA)
El presidente del Parlament catalán, Josep Rull, hizo este martes un llamamiento a la aplicación “sin reservas” de la ley de amnistía “para devolver a la política aquello que corresponde y es estrictamente de ámbito político”, con motivo del séptimo aniversario de la celebración en Cataluña del referéndum de autodeterminación.
Así lo indicó Rull durante una declaración institucional desde el Parlament de Cataluña, que suscribieron la vicepresidenta primera de esta institución, Raquel Sans; la secretaria primera, Gloria Freixa; y el secretario segundo, Juli Fernández. No estuvieron presentes durante este discurso los integrantes del PSC.
Rull destacó que tras el 1-O “se intensificó la persecución judicial de todo un movimiento pacífico y democrático” y se produjo el “encarcelamiento de líderes políticos y sociales y el exilio”. La situación hoy, continuó, “está lejos de la plena normalidad”, aunque la ley de amnistía tenía que marcar “un punto de inflexión en el conflicto político entre Cataluña y el Estado”.
En este sentido, denunció que “el bloqueo judicial a la hora de aplicar la ley de amnistía impide que dos diputados electos del Parlament, Carles Puigdemont y Lluís Puig, puedan volver del exilio y ejercer sus derechos políticos en plenitud”. Además, recordó que hay otras personas “con causas abiertas fruto de la represión aún estén pendientes de la aplicación de esta ley”.
Asimismo, el presidente del Parlament de Cataluña apeló a “aquel espíritu” del 1 de octubre de 2017 porque ese día “fue una victoria de la democracia, una expresión de ambición nacional, de autoestima colectiva, de horizonte compartido por un futuro mejor” y “de esperanza para todos”.
Ese día, destacó Rull, “una parte muy importe de la ciudadanía de esta nación salió a la calle para votar en el referéndum de autodeterminación” y fue “un día trascendente de la historia de nuestro país, quizá el más importante de la historia reciente de Cataluña porque estábamos llamados a decidir nuestro futuro como pueblo, como nación”.
Afirmó que la voluntad expresada en las urnas el 1-O “se había empezado a forjar en la consulta del 9 de noviembre de 2014”. Denunció que la respuesta del Estado ante “la actitud pacífica y democrática de la ciudadanía de Cataluña fue la violencia policial y la vulneración de nuestros derechos políticos y nuestras libertades civiles”.
Estas imágenes, apuntó, “dieron la vuelta al mundo” y añadió que, pese al paso del tiempo, “tienen que continuar avergonzando a cualquier persona que diga defender la democracia”.
“La conmemoración del 1-O es un clamor para la democracia, porque en democracia votar no es ni puede ser nunca ningún delito, sino todo lo contrario, es un símbolo inequívoco y un hecho distintivo de cualquier sociedad avanzada y madura, que entiende que hay discrepancias políticas y que, al mismo tiempo, acepta que estas discrepancias se tienen que poder dirimir pacíficamente”, concluyó.
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