MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
El magistrado emérito del Tribunal Constitucional y actual secretario general del Instituto de España, Andrés Ollero, presentará su nuevo libro, ‘Votos particulares’, el próximo día 13, a las 17.00 horas, en la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Político, de la que es académico.
En el libro recoge los votos particulares que ha planteado en sus nueves años de ejercicio en el Alto Tribunal. El acto será presentado por el presidente de la mencionada Real Academia y presidente del Instituto de España, Benigno Pendás, y en el mismo intervendrán también los académicos María Emilia Casas, presidenta emérita del Tribunal Constitucional, y Francesc de Carreras, catedrático de Derecho Constitucional.
Andrés Ollero viene a reconocer en su libro que “más de un ciudadano está convencido de que los magistrados del Tribunal Constitucional reciben instrucciones de los partidos que los propusieron. sobre en qué sentido resolver las cuestiones sometidas a su deliberación y votación”; circunstancia que le ha ayudado a cuidar especialmente su independencia.
Para cerciorarse de ello, ha decidido hacerse a sí mismo una “ auditoría”, algo a lo que anima a realizar al resto de magistrados del Tribunal que vela por el cumplimiento y respeto a la Constitución. El resultado refleja casi un empate técnico: 33 votos discrepando de magistrados considerados “conservadores” y 36 respecto a los presuntamente “progresistas”, así como otros detalles al respecto, a los que dedica la introducción del libro, así como un cuadro final que los explicita, voto por voto.
El autor considera que sería muy saludable, para disipar toda sospecha de politización del Tribunal, que, con la misma naturalidad con que se públicas encuestas electorales, se hiciera lo propio auditando periódicamente las aportaciones de los magistrados, en vez someterlos a la sospecha de ser meros agentes de los partidos que los propusieron. En su opinión, y tal como se avala en un cuadro que se publica al respecto, resulta “infundado” la “tópica caracterización de magistrados como conservadores y progresistas, como si sus votos fueran fácilmente predecibles”.
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