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El embajador español en Albania resalta la importancia de que este país sea incluido en la Unión Europea como clave para lograr la autonomía estratégica

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MADRID, 11 (SERVIMEDIA)

El embajador de España en Albania, Álvaro Renedo, destacó este jueves, en los Cursos de Verano de la Universidad Complutense de Madrid que la inclusión de Albania en la Unión Europea es “fundamental para conseguir la autonomía estratégica” de la UE.

Explicó que la Unión Europea debe centrar sus esfuerzos en “las zonas vecinas”, pues “la prosperidad y la estabilidad de estas regiones es la prosperidad y la estabilidad de la organización”, así como “en aquellos lugares donde Estados Unidos cada vez muestra menos atención, centrado en la zona índo-pacífica”.

“Los Balcanes Occidentales son fundamentales para la Unión Europea, ya que son su futuro y se encuentran en el corazón del continente. Debe incluir a estos territorios en su entramado, especialmente Albania porque es una región europea. Este país pequeño aporta un valor estratégico clave”, defendió.

Renedo declaró que Albania es fundamental por “su posición geoestratégica, en un contexto en que las vías marítimas son relevantes; por su vocación euroatlántica genuina y profunda; y por su sentimiento de pertenencia a la Unión Europea como destino y como proyecto colectivo”.

Además, señaló que su cultura es otro valor añadido. “Los albaneses”, dijo, “no son eslavos. La ausencia de elementos eslavos en la cultura y pensamiento albaneses evita la inclinación prorrusa de Albania, existente en otras regiones como Serbia o Macedonia del Norte”.

Por último, agregó que su inclusión en las instituciones europeas permitirá desarrollar una política exterior “más eficaz”, debido a “sus relaciones estrechas y constructivas con otros países de la región, incluso con Serbia, y su singular armonía interconfesional”, donde el 60% de la población es nominalmente musulmana, pero sólo el 10% practicante, y el resto está conformada por cristianos católicos y ortodoxos.

“Esto es una fuente de poder blando, esto es, la capacidad de moldear los deseos de otros de acuerdo con los anhelos propios, lo que le permite ejercer una influencia diplomática superior a la que le correspondería por sus capacidades geográficas y poblacionales”, concluyó.


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