MADRID, 02 (SERVIMEDIA)
El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, urgió este lunes a “afianzar” la “excepción” española ante la “ofensiva reaccionaria global” como “tarea esencial” del nuevo curso político, convencido de que, en España, lo que “está en juego” no es que el Gobierno o su “alma” progresista “sobrevivan”, sino el “desenlace” de un ciclo geopolítico que juzgó “peligroso” y el “futuro del bienestar y la democracia”.
Así lo advirtió en un hilo publicado en sus redes sociales en el que afirmó que dicho objetivo “no se logrará a la defensiva”, sino “avanzando” en los tres ámbitos que considera “decisivos de nuestro tiempo”, en referencia a la paz, la redistribución social y los derechos de los trabajadores.
En este contexto, hizo alusión al momento actual, “marcado”, a su entender, por la “deriva geopolítica reaccionaria”, con el “genocidio cronificado” en Palestina, el “recrudecimiento” de la guerra en Ucrania, la migración como “eje de la agenda antidemocrática global” y un “parteaguas” en noviembre como serían las elecciones en EEUU.
“La ofensiva ultra es durísima, lo acabamos de ver en Alemania”, admitió, en relación a la victoria, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, de la ultraderecha en unas elecciones regionales en aquel país, si bien también recordó las derrotas que la extrema derecha “acumula” en España, Francia, India o Reino Unido.
A su juicio, “vencerles en las urnas es posible, pero no bastará con la moral de resistencia”, razón por la cual estimó “necesaria una nueva ofensiva democrática y social”.
URGENTE AVANZAR EN REDISTRIBUCIÓN SOCIAL
A este respecto, defendió que, para ello, en España resulta “urgente” el hecho de “avanzar” en “redistribución social”. “Hemos abierto camino con el SMI, la reforma laboral y una inversión récord en protección social y dependencia”, reivindicó, consciente de que “los siguientes pasos no deben hacerse esperar”.
En este sentido, puntualizó que las “prioridades” están “claras” y pasan por “intervenir” el mercado de la vivienda, reducir la jornada laboral, retribuir permisos y articular una prestación universal por crianza, todo ello financiado con una reforma fiscal “justa” y reflejado en los Presupuestos Generales del Estado, que, aseveró, serán “centro del esfuerzo político en estas semanas”.
En paralelo, auguró que en el nuevo curso político “seguirá el lawfare, la ofensiva ultra y la cooptación xenófoba y machista del discurso público” y, frente a estas “derivas”, que, según su criterio, “achican el espacio para el avance social”, apostó por un “rumbo claro”, como es el de la justicia social, la redistribución de la riqueza, los derechos universales y, en definitiva, “sentido común”.
Para el ministro, las “dificultades” son “evidentes”, siendo la “principal” de ellas “rearticular la fuerza social necesaria para hacer estos avances inapelables”.
DESTERRAR LA TOXICIDAD DEL DEBATE POLÍTICO
“Eso requiere desterrar la toxicidad del debate político, recuperar la creatividad y la lucha de ideas, cuidar y alentar la movilización social”, apostilló, para reiterar que “lo que está en juego no es que el Gobierno o su alma progresista sobrevivan” ni “tampoco la suerte de esta o aquella organización”, sino “el desenlace de este ciclo geopolítico peligroso” y “el futuro del bienestar y la democracia”.
Para Bustinduy, “lo que está en juego es abrir o cerrar el espacio para la siguiente transformación social”. “Derechos universales, una transición ecosocial justa, paz y democracia frente a la oligarquía y el autoritarismo. Ese es el camino”, sentenció.
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