MADRID, 14 (SERVIMEDIA)
El ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, atribuye al PP una “estrategia de provocar crispación para deslegitimar al Ejecutivo y forzar una inestabilidad que imposibilite la eficacia en la acción de Gobierno”.
Lo hace en un artículo publicado en el número correspondiente a los meses de agosto y septiembre de la revista ‘Temas para el debate’, que dirige el también director del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), José Félix Tezanos, justo tras una semana en la que las críticas recíprocas entre el Gobierno o el PSOE y el PP han sido cotidianas a cuenta del decreto de ahorro energético.
El número se dedica principalmente a la gobernabilidad en un tiempo de fragmentación política como el actual, y Bolaños contribuye a él defendiendo el actual “sistema proporcional, no puro, que facilita la creación de mayorías, al tiempo que otorga cierta representatividad a las minorías”. “Las reglas democráticas que nos dimos han sido extraordinariamente exitosas durante todo este tiempo y lo siguen siendo ahora”, juzga el ministro, contrario a “jugar a erosionar la legitimidad de nuestras instituciones” pese a que la fragmentación dificulte la gobernabilidad.
Es más, considera que esa fragmentación supone “una invitación al diálogo continuado” y que “al final del proceso las normas que se aprueban han sido analizadas desde prismas distintos, asumiendo la existencia de criterios y sensibilidades que a priori son divergentes, pero que pueden llegar a ser complementarios e, incluso, convivir en un texto legislativo sólido y equilibrado”.
Bolaños, uno de los negociadores habituales del Gobierno, se jacta de que “los resultados de gobernabilidad que estamos obteniendo están siendo excelentes”, y se niega a “calificar de ‘rendición’ los acuerdos que se alcanzan” y a “presentar la fragmentación política como un fenómeno negativo”. En su opinión, “el problema, lo verdaderamente negativo, no es la transacción, sino la polarización, que ha desdibujado las posiciones de centro y centro-derecha, arrastrando al Partido Popular a un extremismo verbal impropio de su trayectoria como partido con experiencia y aspiraciones de gobierno”.
El ministro de Presidencia sentencia que “quienes se autoexcluyen, posicionándose fuera del talero de juego, lo que están haciendo es demostrar que sus intereses particulares están por encima del interés general”, e interpreta que ésta es “una actitud que obedece a propósitos tácticos (poner palos en las ruedas a la acción de gobierno y generar ruido) y que, en última instancia, responde a la estrategia de provocar crispación para deslegitimar al Ejecutivo y forzar una inestabilidad que imposibilite la eficacia en la acción de Gobierno”.
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