MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, reconoció este jueves que se equivocó al inmiscuirse en el asunto de su pareja, Alberto González Amador, y decir que era Hacienda quien le debía 600.000 euros: “Yo meto la pata cuando decido que abiertamente contesto a los periodistas” porque “lo que tendría que hacer es lo que hace Sánchez, pasarse por el arco del triunfo todo lo que me pregunte la prensa”.
Así lo señaló durante una entrevista en Onda Cero, recogida por Servimedia, donde justificó que, simplemente, “lo que he hecho es ser humana, dar mi opinión cuando me han preguntado varias veces”, pero apuntó que, “a partir de aquí, no puedo contestar mucho más”, porque “no tengo nada que ver”.
La presidenta regional constató que, para su pareja, “ya ha habido pena mediática toda la del mundo”, pero apuntó que “ahora tiene que haber un juicio y él demostrar”. En este sentido, aseguró que este asunto “ha tomado esta dimensión no por las cuantías, sino porque soy yo”.
Ayuso recalcó que es porque La Moncloa “ha organizado una operación de Estado al más alto nivel que ha llevado a que el fiscal general del Estado, que debería velar por la legalidad de los procedimientos judiciales, esté imputado por primera vez en la historia de España”.
Además, “han metido por el medio, en una inspección fiscal, a la Abogacía del Estado, más fiscales, más jueces, más el aparato de La Moncloa, donde 23 ministros que nadie sabe cómo se llaman estén todo el rato comentando”.
Por ello, considero que este asunto ha cogido la fuerza que ha querido Sánchez porque, “con la montaña de corrupción que tiene, que no puede salir a la calle, porque no han dejado de meterse en tramas de corrupción de lo más sórdido, con centenares de millones de euros, y necesitan equipararlo para que su parte del muro hable todo el rato de Ayuso”.
La presidenta de la Comunidad de Madrid lamentó que “soy la tapadera para cualquier cuestión” y añadió que el Gobierno central “ha encolerizado” y el presidente “ha perdido los papeles conmigo”. Así, “necesita destruirme anímicamente o desprestigiarme”, porque “evidentemente sabe que en Madrid las cosas se están dando muy bien”.
Por último, comentó que “me podrían reprochar con toda la razón que mi familia, que mi pareja, que mi entorno, una vez que yo he llegado a la Comunidad de Madrid, se dediquen a cuestiones nuevas, que viniera mi pareja a la Puerta del Sol y utilizando mi despacho y mi mesa empezara a hacer negocios impropios de su profesión, como ha pasado con la mujer del presidente”, pero defendió que en su caso no ha ocurrido nada de eso.
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