Rechaza que los conductores deban decir “dónde hay que poner las señales”, a lo que la jueza responde que “alguien tiene que ser”
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 22 (EUROPA PRESS)
El maquinista jefe de tren Manuel Mato, conductor de trenes Alvia y conocedor de la línea Ourense-Santiago en la que se produjo el accidente de julio de 2013 en el que murieron 80 personas y 145 resultaron heridas, ha afirmado que durante la formación se les trasladó “que había que atarse los machos por si las moscas”.
Lo ha dicho durante el juicio por el siniestro, que se ha retomado este martes con las declaraciones previstas de este maquinista y otros dos (Juan Carlos Cons y Abel Fortes), citados como testigos por parte de la defensa del acusado Francisco Garzón.
A preguntas del fiscal, Mato ha indicado que su formador fue Abel Fortes, y ha apuntado a un curso entre los días 11 y 15 de diciembre de 2011.
“¿El formador se centra en las particularidades de la línea?”, le ha preguntado el representante del Ministerio Público. “¿Les indicaba dónde debían iniciar la frenada? No, a mí no me dieron un punto concreto”, ha respondido este maquinista.
Así, ha asegurado que solo le trasladaron “que la curva que tal (sic) y que había que atarse los machos por si las moscas”. “¿Qué quiere decir atarse los machos?”, le ha repreguntado, a lo que este profesional ha contestado “que había que frenar con tiempo suficiente para llegar a la curva”.
“NO DABAN UN PUNTO CONCRETO”
En cualquier caso, ha insistido en que “no daban un punto concreto para frenar”, o al menos él no recuerda que se lo “dieran”, ningún punto “de referencia”. Finalmente, ha señalado que “hay quien tomaba las casas que tal (sic)” y “hay quien tomaba la E’7”, en alusión a una señal avanzada en la línea.
Previamente, a cuestiones del letrado de Garzón –que está acusado junto al ex director de seguridad de Adif Andrés Cortabitarte–, este maquinista ha destacado que “la avanzada te indica como está la señal siguiente, no otra cosa”, y si está en vía libre quiere decir que deben “continuar la marcha normal”.
“¿Tiene algún otro significado? No. ¿Significa que debes reducir la velocidad? No”, ha dicho tajante, en un interrogatorio que, por el contrario al de Fiscalía, ha estado marcado por las respuestas de ‘sí’ o ‘no’.
“TODOS VEÍAMOS LO QUE PASABA EN ESA CURVA”
Este conductor de trenes Alvia que conocía la línea en la que se produjo el descarrilamiento afirma que “estaba en boca de todo el personal” el aviso de un jefe de maquinistas, José Ramón Iglesias Mazaira, sobre la peligrosidad de la curva. “Todos veíamos lo que pasaba en esa curva”, ha subrayado.
En este punto, el abogado de Garzón le ha señalado si “podría afectar a cualquier maquinista” y Mato ha advertido que “sí, porque en la vía no había nada que protegiera la curva”.
“Si tienes un fallo, te desubicas”, ha avisado más adelante durante el interrogatorio del representante del Ministerio Público, quien ha querido saber si le parece “seguro” hablar por teléfono en el tramo donde lo hizo Garzón.
“Si se desubicó y no estaba seguro de dónde estaba, pues puede pasar eso”, ha incidido. “Pero uno se desubica porque coge una llamada. ¿Eso no es nada? ¿Para usted es irrelevante?”, ha intervenido la jueza.
Con anterioridad, este maquinista ha ratificado que con el sistema ‘Asfa’ se ganaba tiempo operacional, unos “cuatro o cinco minutos siempre”, con respecto al ‘ERTMS’ –que fue eliminado del trazado final y desconectado en su modalidad embarcada–.
También ha apuntado que “no había” señales en vía que ordenaran el inicio de reducción de velocidad antes de la curva de A Grandeira y, por el contrario, existen “un montón de curvas señalizadas” y ya las “había en ese momento”.
A día de hoy, con las medidas que se pusieron días después de la tragedia, el accidente “no pasaría”, ha añadido, puesto que “ahora el ‘ERTMS’ te suelta a 120 cuando transitas a Asfa, no a 200 como te soltaba antes”, y llegas a la curva “a 60, porque es lo que permite el sistema”.
Por último ante el abogado que lo propuso, ha confirmado que el teléfono móvil corporativo se le presentaba como “una herramienta de trabajo” y ha negado que existiese algún protocolo o norma sobre su uso.
“¡PERO SI ESTABA DENUNCIADO!”
El interrogatorio del fiscal ha estado marcado por su dureza y por las intervenciones incisivas de la jueza. “¿Qué hacíamos? Procurar que no nos pasara”, ha llegado a responder el maquinista, ante lo que el representante del Ministerio Público le ha afeado “por qué no lo denunciaron”.
“¡Pero si estaba denunciado! Hacen un informe sobre la peligrosidad de la curva, no les hacen caso y ¿nos lo van a hacer a nosotros?”, ha exclamado.
En este sentido, ha insistido en que hizo “comentarios con los mandos intermedios sobre la peligrosidad de la curva”. “Y como yo, creo que la mayoría”, ha apostillado.
De hecho, ha añadido que cree que “todos” hicieron “el mismo comentario, de la peligrosidad de la curva”, pero en su caso no recuerda haber hecho ningún viaje con un acompañante de seguridad de Renfe o Adif. “Pero seguramente a quienes acompañaron se le hizo (el comentario). Estoy segurísimo”, ha hecho hincapié.
Por último, ha admitido que él no hizo ningún parte o comunicación por escrito, pero ha argumentado que no puede “mandar el parte a Adif”, sino que le entrega el aviso a su “jefe inmediato”.
“Que tengamos que ser los maquinistas los que digamos dónde hay que poner las señales…”, ha lamentado, finalmente, a lo que la jueza ha agregado: “Pues alguien tiene que ser, porque llevan a cientos de personas”.
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