“Me metí con la manguera dentro”, ha afirmado para insistir en que colaboró en apagar el fuego
A CORUÑA, 24 (EUROPA PRESS)
Un hombre acusado de incendiar la casa de su hijo en Paderne (A Coruña) cuando ambos estaban dentro ha admitido que vertió disolvente por el suelo — procedente de unos bidones que había llevado, dijo, por las obras de reforma que se estaban realizando — tras una “pelea”.
Así lo ha manifestado durante el juicio que se ha celebrado este lunes en la sección primera de la Audiencia Provincial de A Coruña. En su declaración, ha admitido que ese día ambos mantuvieron un forcejeo y tras el mismo, derramó el líquido, negando que él hubiese empezado la disputa.
Según el escrito de calificación, sobre las cinco de la tarde del 9 de agosto de 2018, el procesado, provisto de una bolsa en la que llevaba bidones con disolvente, se dirigió a una vivienda de Paderne en la que se encontraba su hijo.
“Una vez en su interior, el acusado vertió el contenido de los bidones por el suelo de la cocina y de la sala del inmueble, momento en el que inició una discusión con su hijo que devino en forcejeo al intentar evitar que su padre lograse su propósito e intención inicial de prender fuego con el mechero que portaba en la mano”.
Tras caerse al suelo los dos, el encausado acercó la llama del encendedor al líquido que previamente había vertido. “La acción anterior provocó una deflagración y posterior fuego en el interior de la vivienda”.
EXTINCIÓN DEL FUEGO
Durante la vista, el acusado ha indicado que, tras la explosión, ambos salieron por una de las ventanas de la vivienda para evitar ser alcanzados por la llamas. También insistió en que llamó a los bomberos y colaboró en apagar el fuego junto con un vecino. “Me metí con la manguera dentro”, ha dicho.
Por el contrario, su hijo, que tenía 19 años en el momento de los hechos, ha explicado que en la casa iban a vivir los dos, siendo el progenitor el que traía el material y él asumiendo las obras.
“Tiró el disolvente, forcejeamos”, ha resumido para precisar que “consiguió el mechero” y que acabaron “agarrados en el suelo”. “Yo en el momento que lo vi con el mechero en la mano salí por la ventana”, ha corroborado para negar que su padre colaborase en la extinción del fuego y recalcar que siguieron con la pelea fuera de la casa hasta que llegaron al lugar efectivos de los Bomberos y de la Guardia Civil.
“Él no hizo nada, los perros murieron abrasados”, ha expuesto en otra parte de su declaración para incidir que no quería que se le rebajase la pena solicitada.
El Ministerio Público pedía, inicialmente, para él 13 años de cárcel y el pago de una multa, aunque solicitó reducir la pena a dos años y la correspondiente multa al aceptar las atenuantes de reparación del daño por abono de la indemnización, así como dilaciones indebidas. La acusación particular mantuvo la petición de 20 años de condena.
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