El COPG avisa que el plan de salud mental ya expiró y Sanidade confirma que ya trabaja en uno nuevo con un “aumento considerable” de recursos
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 17 (EUROPA PRESS)
Todas las áreas sanitarias del Servizo Galego de Saúde (Sergas), excepto la de Pontevedra-O Salnés, tienen más de seis meses de espera para una primera consulta en psicología clínica, según denuncia en un comunicado el Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia (COPG).
De acuerdo con datos del colectivo profesional, la demora mínima para la primera consulta en adultos es de un mes en el área pontevedresa, mientras que en otras zonas alcanzan los 12 meses. En la ciudad de Santiago llega hasta los 11-12 meses –en el resto de centros del área se reduce a los cuatro– y en la de Vigo está entre nueve y 12.
Además, siempre según las cifras del Colexio de Psicoloxía, las consultas sucesivas “tampoco tienen unos plazos eficaces” para el tratamiento, ya que en Vigo superan los seis meses y en alguna unidad llega al año; y en la mayoría son de entre tres y cinco meses.
El COPG advierte que, según una guía de práctica clínica del Ministerio de Sanidad, la depresión leve-moderada requiere un tratamiento psicológico breve de seis a ocho sesiones entre diez y doce semanas, mientras que en la moderada se indican de 16 a 20 sesiones repartidas en cinco meses. Asimismo, la periodicidad semanal o quincenal que la guía estima como eficaz “resulta inviable en todas las áreas sanitarias” del Sergas.
En cuanto a la población infantojuvenil, el colegio alerta de que las esperas se sitúan entre los tres y los seis meses, mientras que en Ferrol se dispara hasta los 12. Al respecto, los psicólogos gallegos explican que para los pacientes más pequeños “es clave la reducción de tiempos de espera, debido a las necesidades relativas al desarrollo y la calidad de vida” de los niños y jóvenes, así como para prevenir “complicaciones mayores” de cara a la vida adulta.
PSICOLOGÍA CLÍNICA EN PRIMARIA
El Colexio de Psicoloxía celebra el anuncio en abril del año pasado de la implantación de la psicología clínica en atención primaria porque “responde a una demanda social”. Sin embargo, la mayor preocupación de este colectivo es la “falta de ejecución y planificación de esta medida”, porque a día de hoy “se desconocen tanto plazos como recursos y medios destinados”.
Más allá de los datos de demora, el COPG señala que el plan estratégico de salud mental del Sergas “ya venció en 2024 y aún no hay noticias sobre el siguiente”, ni tampoco una “evaluación” del recién finalizado.
En este contexto, el Colexio de Psicoloxías estima que el despliegue efectivo de la psicología clínica en la primaria requeriría, como mínimo, la incorporación de un centenar de profesionales. Esto implicaría que habría un profesional cada cuatro centros de salud y dos cada comarca.
Asimismo, el COPG ha solicitado a la Consellería de Sanidade poder participar en la elaboración de la próxima estrategia e incorporarse al Consello Técnico de Atención Primaria, para así poder gestionar de forma “más eficaz” el servicio y “evitar duplicidades”, al tiempo que se mejora la calidad de la sanidad gallega.
LA SALUD MENTAL, UNA “PRIORIDAD” PARA EL SERGAS
Tras este comunicado del Colexio Oficial de Psicoloxía, la Consellería de Sanidade responde que la salud mental es una de sus “prioridades de actuación para esta legislatura” y, a tal efecto, menciona la creación de la Subdirección Xeral de Saúde Mental y el “incremento de recursos” para la contratación de personal y crear nuevas unidades. En total, destaca, los presupuestos de la Xunta para este 2025 consignan 28 millones para programas de atención a la salud mental.
De hecho, la Consellería confirma que ya trabaja en el diseño de la nueva estrategia, tras la expiración de la anterior, y que la misma llevará aparejada “un aumento considerable de los recursos” y estará elaborada de la mano del sector.
“Con el objetivo de cumplir el compromiso de crear una red de atención psicológica en atención primaria, se está estudiando un conjunto de variables, relacionadas con los datos de demanda, consumos de fármacos asociados a trastorno mental por depresión y ansiedad, los índices de suicidios por zonas, así como la disponibilidad de espacios acomodados en las infraestructuras sanitarias para prestar esa asistencia”, explica Sanidade.
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