Concluyen que “no embarcó ningún marinero” en ella y explican que en el pecio no se aprecian elementos que sí estarían de haberse soltado de forma manual
VIGO, 1 (EUROPA PRESS)
El informe pericial elaborado por la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (CIAIM), entregado esta semana a la Audiencia Nacional, recoge las dudas de los expertos sobre si la segunda balsa salvavidas del pesquero gallego ‘Villa de Pitanxo’ se liberó sola o manualmente, pero concluye que en ella “no embarcó ningún marinero”.
Así se desprende de dicho documento, al que ha tenido acceso Europa Press, y en el cual los profesionales relatan detalladamente cómo se encontraron tanto la primera balsa, en la que viajaban los tres supervivientes del naufragio, como la segunda, que apareció vacía.
En concreto, el análisis del primer bote corroboraría la versión de los marineros, que explicaron que la balsa se hinchó sobre el barco. Así, se observan roces con restos de pintura blanca del casco del buque. Además, tiene un desgarro en el suelo, lo que habría hecho que entrase agua en su interior, como relataron también los supervivientes.
Sin embargo, en el caso de la segunda balsa encontrada, el capitán del Pitanxo e investigado como presunto autor de 21 homicidios por imprudencia, Juan Padín, siempre defendió que, cuando dio la orden de abandonar el barco, fue él a ayudar a hinchar y arribar este bote, dejando encargado del mismo al primer oficial, para después ir a soltar la otra balsa, en la que se montó.
No obstante, ahora los peritos dudan de si este salvavidas fue desenganchado de forma manual o si se soltó solo del Pitanxo cuando el barco se hundió.
NO SE USÓ EL KIT DE SUPERVIVENCIA
Para explicar este cuestionamiento, en primer lugar los expertos indican que el suelo de la balsa está “completo” y en él no se aprecia desgaste o uso, a diferencia del otro bote que sí fue utilizado. Asimismo, todos los elementos del kit de supervivencia están completos y no presentan signos de uso.
Haciendo uso de las imágenes grabadas del pecio, después de que en mayo de 2023 un robot bajase al mismo para inspeccionarlo, los profesionales indican que no se aprecia en las mismas el gancho pelícano en el barco, el cual estaría de haberse liberado la balsa de forma manual. También reconocen que, dado al ángulo de la imagen, tampoco se puede llegar a apreciar si está el grillete con el enlace débil roto o no.
“Lo que sí se puede apreciar es que el larguero de la cuna se ha doblado hacia arriba y tiene la pintura levantada, síntoma de que algo ha ejercido una fuerza extraordinaria hacia arriba, probablemente la balsa. También se observa que la cadena superior ha sido retirada o ha saltado, mientras que la cadena inferior sigue en su sitio”, añaden.
Por todo ello, y a falta de más elementos probatorios, concluyen que “resulta difícil” establecer sin género de duda si la balsa de babor saltó sola debido al hundimiento del buque o si alguien la liberó manualmente.
“Sí se puede confirmar, sin embargo, que a bordo de esa balsa no embarcó ningún tripulante”, sentencian los peritos en el informe.
El documento también se refiere a los trajes de supervivencia que había en el buque. Aunque sí asegura que había hasta 34, un número superior a los 24 marineros que viajaban en el Pitanxo, también explica que los tripulantes no fueron informados sobre qué traje les correspondía ni estaban familiarizados con su uso porque “no realizaron ningún ejercicio de abandono de buque”.
No tenían conocimiento de todas las ubicaciones en las que había trajes disponibles por falta de información en el plano de salvamento”, destacan los peritos, poniendo el foco en que tampoco hay constancia de que se siguiese un programa de mantenimiento planificado de los trajes conforme a las instrucciones de los fabricantes.
“Por el contrario, hay evidencia de que se simulaba que su mantenimiento se realizaba en una instalación apropiada en tierra”, concluyen.
“ERROR HUMANO”
Las conclusiones de este informe pericial desmontarían la versión del capitán del barco, Juan Padín, apuntando hacia un “error humano” del marinero como “causa más probable” del hundimiento del buque. De acuerdo a “datos objetivos” y a las circunstancias analizadas, “se concluye que la causa más probable del hundimiento del buque fue un error humano del capitán, por la falta de percepción cabal del riesgo de hundimiento que suponía la maniobra que realizó para librar el embarre del aparejo del fondo marino”, explican.
Según el informe, Padín puso en “grave riesgo la seguridad del buque y sus tripulantes” al realizar esa maniobra, “con la mar y el viento de popa y la tolva de descarga de desperdicios abierta”.
En segundo lugar, los peritos consideran un factor contribuyente del accidente la demora con la que el capitán dio la orden de abandono del buque a la tripulación, “lo que condicionó que pudieran realizar el abandono de forma ordenada y con alguna probabilidad de éxito”.
SUCESO
El pesquero gallego ‘Villa de Pitanxo’ naufragó a 450 kilómetros de la costa de Terranova (Canadá) en febrero de 2022, acabando con la vida de 21 de los 24 marineros a bordo. A partir de ahí, las familias de los fallecidos han iniciado una serie de acciones para tratar de esclarecer los hechos, por lo que siempre han pedido que se bajase al pecio para encontrar pruebas de lo que pudo haber ocurrido.
Durante la instrucción, el juez ha tomado declaración al patrón del pesquero, Juan Padín –en calidad de imputado–, a su sobrino Eduardo Rial y al marinero Samuel Kwesi, como testigos, al ser los únicos supervivientes del naufragio. También han acudido ante el magistrado de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, que investiga lo ocurrido, directivos de la armadora Grupo Nores, así como antiguos marineros del barco, entre otros.
La investigación judicial se debe a que Samuel Kwesi ofreció una versión que contradice la expuesta por Padín y Rial, y que apuntaría a posibles negligencias por parte de éstos que habrían desencadenado en la tragedia.
Tras tomarles declaración, el magistrado prohibió salir de España al patrón del pesquero, le retiró el pasaporte y le impuso la medida cautelar de comparecer cada quince días en sede judicial y permanecer localizado.
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