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Los investigadores vieron a la madre de Desirée “muy tranquila” y en “actitud defensiva” el día del crimen

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Apuntan a que la escena indicaba “claramente” una muerte violenta, con manchas de sangre “a simple vista”

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 1 (EUROPA PRESS)

Los investigadores del caso del asesinato de la niña Desirée Leal, ocurrido en 2019 en Muimenta (Lugo), vieron a la madre de la niña, única acusada de los hechos, “muy tranquila” el día del crimen, así como con cierta “actitud defensiva” a la hora de proporcionarles información.

Así lo han contado durante la tercera sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Lugo por estos hechos, una vista que tiene que repetirse después de que el TSXG echase abajo el veredicto del primer juicio alegando que no estaba correctamente motivado. En aquella ocasión, Ana Sandamil fue condenada a prisión permanente revisable.

Durante este miércoles han comparecido en los juzgados de Lugo varios agentes de la Guardia Civil que participaron en distintas diligencias de investigación relacionadas con este crimen.

Todos los que se desplazaron esa mañana hasta la vivienda en la que ocurrieron los hechos han coincidido en declarar que vieron a la madre de la niña “muy tranquila”, teniendo en cuenta que acababa de encontrar a su hija de siete años fallecida.

“No me parecía un estado acorde con la situación”, ha dicho uno de los agentes, para quien Ana Sandamil, que estaba en el sofá del salón de la vivienda “tapada con una manta”, no mostraba “signos de alteración”.

Otro de los agentes, además, ha explicado que la encontró “calmada pero coherente” cuando habló con ella, y que no tuvo sensación de que estuviese fuera de la realidad. “Estaba muy tranquila, muy muy tranquila, calmada”, ha destacado el guardia civil, que ha contrapuesto su actitud a la de la abuela de Desirée, “muy alterada”.

EN “ACTITUD DEFENSIVA”

Uno de los agentes que ha testificado este miércoles ha reconocido que, en las diligencias que practicó en la casa y en las conversaciones que mantuvo con familiares, solo la madre de Ana Sandamil le dijo que desde febrero “se había encerrado más en si misma”, pero que nadie le comentó que sufriese alucinaciones, algo que, en un momento posterior, sí le trasladaron tanto el padre como el novio de la acusada.

Sobre su actitud en mismo día de la muerte de Desirée, uno de los investigadores la ha calificado de “defensiva” a la hora de facilitar las diligencias. En concreto, se ha referido al episodio, que ya había sido narrado en las primeras sesiones, en el que Ana Sandamil, en compañía de su padre, se negó a dar a los agentes su móvil y tablet sin una orden judicial.

“Se supone que lo que quieres es colaborar para que se esclarezcan los hechos”, ha dicho el guardia civil, que ha considerado esta actitud “un poco extraña” y “defensiva”: “Luego, cuando llegué a preguntarle qué había ocurrido fue cuando se cerró en banda y me dijo que se encontraba mal”, ha añadido.

Otro de los elementos que los agentes no encontraron en la escena del crimen en un primer momento fue el pijama con el que iba vestida Ana Sandamil cuando supuestamente encontró el cadáver de su hija. Los investigadores han reiterado que en la vivienda todos estaban ya “vestidos” a su llegada, y que no fue localizado en una primera inspección.

Cuando se percataron de que ella no lo llevaba puesto en su traslado al Hospital de Lugo, los agentes regresaron a la vivienda en compañía de la madre de Ana Sandamil y lo localizaron debajo de la cama, en un lugar en el que, a juicio del investigador, no pudo llegar accidentalmente. “A mi juicio, estaba escondido, hecho una bola, metido bastante al fondo”, ha contado.

MANCHAS DE SANGRE

En el pijama, como en otros puntos de la habitación en la que murió Desirée Leal, había restos de sangre, han dicho ante el tribunal los investigadores, manchas que podían verse “a simple vista”.

Los agentes que han declarado han explicado que vieron sangre en dos puntos opuestos de una almohada, en un calcetín y una zapatilla y en el propio cuerpo de la víctima, así como “bastante sangre dispersa en el suelo”, lo que consideraron “indicios de que no había sido una muerte accidental”.

“Mi impresión policial fue que allí hubo unos hechos violentos por los indicios de la sangre dispersa en todas las partes de la cama”, ha explicado uno de los guardias civiles, que también vio salpicaduras de agua en la pared, “compatibles con un pequeño forcejeo” del que “Desirée intentó defenderse, y de ahí las manchas de sangre”.

HECHOS

La abuela de la víctima contó a los agentes que, a primera hora de la mañana, su hija había entrado en la habitación diciéndole “que la niña había muerto”. Tras intentar reanimarla, llamó a los servicios de emergencias.

Por su parte, la madre dijo en un primer momento que habían dormido juntas en la misma cama y que, a determinada hora, la niña se levantó a beber a la cocina, pero “no volvió”. Según la versión de Sandamil, fue cuando ella se levantó a fumar a una galería cercana cuando la vio “en el pasillo, cerca de la habitación, tirada en el suelo”.

Aunque en un primer momento no ofreció más explicación de lo sucedido, ya en el hospital dijo a los agentes que se desplazaron a hablar con ella que creía que la niña había bebido de una botella con medicación sedante que tenía preparada para si misma. En la vivienda fueron localizadas una taza y una botella con líquido y restos de medicación.


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