Las nuevas tecnologías y sustancias hacen que se llevan a cabo agresiones sexuales que antes no existían
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 11 (EUROPA PRESS)
La magistrada titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago de Compostela, Ana López-Suevos, ha alertado de que las agresiones sexuales relacionadas con la sumisión química “son difíciles de investigar, por lo que hay que denunciar muy rápido para no perder pruebas”.
Durante su ponencia en las jornadas ‘Nuevas violencias sexuales: sumisión química y agresiones sexuales’, organizadas por la Universidade de Santiago de Compostela (USC), la jueza ha indicado que las agresiones por sumisión química llevan a las víctimas a fases de amnesia, anestesia y automatismo, lo que hace que “no tenga un relato de la agresión y no lo pueda recordar”.
Asimismo, ha explicado que “son investigaciones muy difíciles porque la víctima no puede facilitar datos”, ya que “solo nos puede decir donde estaba en el último momento que recuerda y donde recuperó el conocimiento”.
Además, ha hecho hincapié en que “si una persona que no se acuerda de haber consentido un acto sexual, eso es un delito porque tiene que tener constancia de haberlo hecho”.
NUEVAS VARIANTES DE AGRESIONES SEXUALES
En esta línea, López-Suevos “las nuevas tecnologías y sustancias nuevas variantes abrieron la puerta de agresiones sexuales, sobre todo en gente joven, que antes no existían” y que en el juzgado compostelano “entran de media uno o dos delitos por agresión sexual diarios”.
Asimismo, ha explicado que los procedimientos de denuncia “pueden causar mucho daño a las víctimas” y que “para la sociedad no es asumible que estos delitos queden impunes”. Además, ha subrayado la necesidad de dotar de medios y formación a todos los profesionales implicados en los procesos.
La magistrada ha hablado del protocolo para actuar ante posibles casos de delitos sexuales que ella misma lideró y en el que se intenta, entre otras cosas, “de evitar que la víctima tenga que hacer el relato varias veces”, ya que “hay muchos fallos de coordinación entre la policía, la fiscalía y los juzgados”.
Además, ha insistido en que las denuncias falsas por agresión sexual “son mínimas y fácilmente identificables para los profesionales, ya que no se sostienen”.
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