El estadounidense Robert F. Arnove recoge el I Premio Afundación de Investigación Educativa y avanza que donará su dotación económica al sector
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 11 (EUROPA PRESS)
Frente a la tendencia de imitar modelos como el de Finlandia y Singapur, habitualmente citados como ejemplos a seguir en la enseñanza, expertos en el ámbito de la educación comparada abogan por que los sistemas se “adapten al contexto” de cada país y observen “las necesidades” que tiene su población.
Este ha sido uno de los temas centrales de una mesa redonda celebrada este martes en la sede de Afundación, la obra social de Abanca, en Santiago de Compostela, en la que han participado los profesores Robert F. Arnove y Mariano Fernández Enguita, de la Indiana University Bloomington (Estados Unidos) y de la Complutense de Madrid, respectivamente; así como Martín Aiello, que ejerció como asesor del Instituto Internacional de Planificación de la Educación de la Unesco.
Este coloquio, moderado por el profesor Miguel Ángel Santos Rego, de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), se ha enmarcado en el acto de entrega del I Premio Internacional Afundación de Investigación Educativa a Arnove por un trabajo sobre educación comparada. Este profesor estadounidense ha sido el total protagonista de este acto.
Durante el debate, este experto que fue presidente de la Sociedad de Educación Comparada e Internacional ha introducido la reflexión de que la construcción de la enseñanza “no puede coger el sistema educativo de un contexto y transportarlo a otro como”. Ha puesto el ejemplo de los países con pasado colonial, que no tienen sistemas “apropiados” a ellos.
FINLANDIA, SINGAPUR Y SHANGHÁI
“La educación comparada mira éxitos y fracasos”, asegura Robert F. Arnove. “Ahora todo el mundo quiere copiar los sistemas de Finlandia, Singapur y Shanghái”, pero hay que tener en cuenta “cuáles son las condiciones” de cada sitio. En el caso de Finlandia, ha añadido el experto, tiene “un sistema completamente diferente” con menos horas de estudio, un menor “control” a los profesores.
En vista de estos tres países que se suelen tomar como ejemplos a seguir, el experto de la Indiana University sugiere tomar “el mundo como laboratorio” y fijarse en “qué condiciones” permiten que cada sistema educativo obtenga buenos resultados.
En parecidos términos se ha pronunciado Martín Aiello, quien llegó a asesorar en educación a la Unesco. Ha hecho una analogía con el turismo: “Todos pensamos que viajar está bien, pero el problema es que viajamos acríticamente. Cuando el turismo se vuelve radical, uno puede pensar qué va a pasar en Santiago cuando ya no haya locales tradicionales”.
En este sentido, este experto argentino ha valorado que esta tendencia a imitar “se implementa con el mejor de los sentidos, pero atraviesa los contextos y no tiene en cuenta las particularidades” de cada territorio.
“LAS COMPARACIONES SON ODIOSAS”
Por su parte, Fernández Enguita, de la Complutense de Madrid, ha reconocido que “las comparaciones son odiosas”, pero es algo que “en el ámbito educativo siempre se ha hecho”, porque es “algo natural”. Por ejemplo, la Segunda República Española imitó lo que había hecho la Tercera República Francesa 50 años atrás
Por tanto, ha reflexionado sobre el “deseo típico” de profesores y de las instituciones “de parecerse a, imitar a” lo que se hace en otros sitios. “Y está funcionando hoy, no sé si bien o mal”, ha añadido.
Esta mesa redonda también ha abordado la importancia de evaluadores internacionales como PISA. Santos Rego, el moderador, ha apuntado que los grandes informes sobre la educación no los hace la Unesco, sino la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico).
Para responder a esta cuestión, Robert F. Arnove ha deslizado cómo Estados Unidos es “el país más rico y poderoso” del mundo, pero en el sistema educativo “fracasa el 40% de la población”. Esto lo ha relacionado con las “altas tasas de pobreza” cosecha entre la juventud.
En relación con este debate, Fernández Enguita ha dicho que no sabe “si es bueno o malo” que la OCDE tenga mayor repercusión en la evaluación de los sistemas educativos, pero sí ha bromeado con que la Unesco le “aburre”. Por el contrario, le parece que la OCDE hace “cosas interesantes”.
Finalmente, Aiello observa que los sectores cultural y académico se muestra “en contra del capital económico” en numerosos países. De ahí que los agentes económicos busquen “influenciar” al ámbito académico. Como ejemplo ha puesto la política de “desguazar al Estado” impulsada por el nuevo presidente de Argentina, Javier Milei.
ENTREGA DEL GALARDÓN
Más allá de esta mesa redonda, este acto ha servido como entrega del I Premio Internacional Afundación de Investigación Educativa al profesor Arnove, cuyo trabajo ‘El campo de la educación comparada e internacional: Contornos y paisajes en evolución’ ha sido escogido de entre más de un centenar que se presentaron.
Al inicio del acto, la coordinadora de Cultura de Afundación, Marité Cores, ha subrayado que Arnove ha dejado “muy alto el nivel” de cara a la segunda convocatoria de este galardón, prevista para octubre.
“En ti se aúnan los valores y los compromisos de Afundación como institución. Estamos muy honrados de que recibas el premio y compartas esta jornada de aprendizaje con nosotros”, ha manifestado Cores.
Tras recoger la estatuílla, el profesor ha anunciado su intención de donar la dotación económica del galardón (12.000 euros) a la Sociedad Española de Educación Comparada, para así “beneficiar a los que están trabajando” en su misma disciplina.
Robert F. Arnove, que ha estado acompañado de su familia, ha agradecido a Afundación que crease este premio y ha asegurado que, junto con su nombramiento como profesor honorario de la Universidad Intercontinental (UIE), es “de los acontecimientos más significativos” de su carrera como educador.
Martín Aiello, miembro del jurado que ha otorgado el galardón, ha explicado que, ante el nivel de los trabajos presentados, lo que “inclinó la balanza” fue el currículum del profesor Arnove, especialmente con su interés por la educación comparada.
Asimiso, ha aprovechado para destacar la iniciativa de Afundación de crear este premio “en un ámbito en el que generalmente no hay reconocimientos”.
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