VIGO, 19 (EUROPA PRESS)
El rey Juan Carlos I ha aterrizado este miércoles en Vigo casi un año después de su última visita a España en mayo de 2022, cuando precisamente también visitó la ciudad olívica para luego partir hacia la localidad pontevedresa de Sanxenxo, al igual que hará en esta ocasión.
En un vuelo privado procedente de Londres, donde asistió este martes al partido entre el Chelsea y el Real Madrid, el emérito ha llegado a Galicia a las 13,38 horas, más de una hora y media después de lo previsto, ya que se esperaba que su avión tocase tierras gallegas sobre las 12,00 horas.
Juan Carlos I bajó por su propio pie del avión, ayudado por un bastón y vestido con un jersey oscuro y un chaleco.
En pista, lo esperaba su amigo personal el empresario Pedro Campos, con el abandonó el aeropuerto en coche tan solo 15 minutos después de su llegada. A la salida, su majestad saludó a la multitud de prensa que lo esperaba desde el asiento del copiloto.
Ahora, el rey emérito se desplaza en coche hasta Sanxenxo. Allí participará con su barco, el ‘Bribón’, en una regata del campeonato español de vela, que se celebra este fin de semana.
El sector hostelero de la turística localidad gallega, los vecinos y sus visitantes encuadran en la “normalidad” el segundo viaje en menos de un año a Sanxenxo, a la que acudió en mayo de 2022 en la que fue su primera visita a España desde que en 2020 estableció su residencia en Abu Dhabi.
Entonces, más de 200 profesionales de medios de comunicación se desplazaron a Sanxenxo para cubrir el fin de semana que el exjefe del Estado pasó en la localidad gallega, donde estuvo alojada en la casa de su amigo y presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, Pedro Campos.
VIAJE A LONDRES
Antes de su regreso a España, el Rey emérito hizo parada en Londres, donde ha pasado un par de días disfrutando de la ciudad. Allí, acudió a un exclusivo club junto a varias personas más, según ha informado el diario ‘Daily Mail’, que ha publicado varias imágenes.
Don Juan Carlos visitó el club Oswald, situado en el centro de la capital británica y entre cuyos selectos miembros figuran la reina consorte Camilla, el Príncipe Guillermo o el ex primer ministro británico Boris Johnson.
El padre de Felipe VI fue visto abandonar el club el lunes a la 23,00 horas acompañado de dos guardaespaldas que le ayudaron en sus movimientos y a continuación subió a un vehículo, desde el que saludó a los periodistas presentes.
Tras ello, el martes acudió al choque entre el Real Madrid y el Chelsea en la Champions. Asimismo, se había señalado que Don Juan Carlos iba a mantener un almuerzo privado con Carlos III, a cuya coronación el próximo 6 de mayo no está previsto que acuda, si bien desde la Embajada británica en Madrid se negó este extremo.
“MALESTAR” EN ZARZUELA
De esta manera, el Juan Carlos I ha vuelto a España, un viaje que ha generado “malestar” en Zarzuela, según fuentes consultadas por Europa Press, ya que allí se habrían enterado por los medios de comunicación de los planes del emérito de volver a Sanxenxo.
En Zarzuela consideran particularmente “inoportuno” que la visita se produzca en estos momentos dada la proximidad con las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo y por tanto en periodo preelectoral, aunque reconocen que se trata de una decisión personal del padre del Rey y la enmarcan en su vida privada, como también ha hecho el Gobierno.
Ya la primera visita que hizo a España Don Juan Carlos a finales de mayo del año pasado había generado malestar en la Casa del Rey, debido a la expectación con la que se siguieron todos sus movimientos durante su estancia en Sanxenxo y al interés suscitado, muy lejos de la privacidad con la que había manifestado que quería que transcurrieran este tipo de desplazamientos.
En aquella ocasión, padre e hijo se reunieron posteriormente en Madrid. Tras el mismo, la Casa del Rey le recordó a Juan Carlos en un comunicado que en su carta para notificarle que Abú Dhabi sería su residencia permanente también le había dicho que cuando visitara España quería hacerlo con “la mayor privacidad posible”.
Entonces, el mensaje caló aparentemente en el emérito, ya que no regresó en junio para una nueva regata como se había adelantado, y en los meses siguientes ha mantenido un inusual silencio, sin recurrir a su entorno más cercano para trasladar mensajes sobre sus intenciones o sobre su vida en el exilio emiratí.
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