Tras una subasta en el año 2000, se perdió la pista de esta pieza arqueológica hasta que apareció en un anticuario de Nueva York en 2018
PONTEVEDRA, 18 (EUROPA PRESS)
El alcalde de Nigrán, Juan González, ha recibido este sábado, en un acto en la galería Colnaghi de Madrid, el mosaico romano de Panxón para poner rumbo definitivo a su lugar de origen tras 25 años de exilio.
Esta pieza arqueológica, encontrada a la venta en un anticuario de Nueva York, será expuesta en el Salón de Plenos de Nigrán durante dos meses, acompañada de una musealización. Posteriormente, está previsto adecuar un espacio definitivo en la Biblioteca Municipal.
“Es un día de inmensa felicidad para Nigrán, me atrevo a decir que es un hito cultural sin precedentes en nuestro municipio”, afirma el alcalde, Juan González, puesto que “el valor histórico es incalculable”. “Pasará a ser un emblema con el que se identifique en toda España nuestro municipio”, afirma.
Según explica el regidor, tras ser embalado de nuevo, el mosaico saldrá el próximo miércoles, 22 de enero, en transporte especial rumbo a Nigrán, adonde llegará unos días después.
En 2019 se constituyó una asociación para repatriar esta joya arqueológica. Así, en enero de 2022 la obra embarcó desde la galería Carlton Hobbs de Nueva York hacia Londres, lugar en el que estuvo más de un año paralizada debido a la burocracia por el Brexit. Finalmente, llegó a Madrid el pasado 28 de noviembre de 2024 para ahora ser devuelta e iniciar su retorno al municipio pontevedrés.
OBRA DE UNA VILLA ROMANA
Este mosaico fue documentado en detalle en los años 70 del pasado siglo por el prestigioso arqueólogo Fernando Acuña Castroviejo, quien explicó su relevancia en una zona en la que existía una importante villa en el Bajo Imperio Romano, en donde también aparecieron ánforas, monedas y un ara a Mercurio.
Gracias a manuscritos del siglo XIX entregados por Xosé María Álvarez Blázquez, se sabe que la pieza apareció “en el sitio llamado el Castro” de Panxón. Perteneció primeramente a Umbelina González Lavandeira, viuda del señor De Puga, quien tenía su casa en la parroquia de San Xoán de Panxón.
En un principio, el fragmento del mosaico encontrado era más grande, pero fue rompiéndose por su mala conservación. Los dueños optaron por usarlo para hacer una mesa para evitar su total desaparición. La obra, de un metro cuadrado y 20 centímetros de espesor, representa mediante coloridas teselas de mármol la fauna marina, entre lo que destaca un “colosal” pez de 67 centímetros.
Hacia finales del siglo XIX, la mesa con el mosaico pasa a formar parte de la colección Blanco-Cicerón (mediante compra), donde se conserva durante todo el siglo XX. En el año 2000, aparece para ser subastado en la Galería Castellana de Madrid. Y así desapareció hasta el año 2018, cuando se encuentra en el catálogo de la casa Carlton Hobbs.
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