A CORUÑA, 21 (EUROPA PRESS)
Este miércoles se ha procedido a la voladura controlada de la torre de refrigeración de Meirama, símbolo de la antigua central térmica, propiedad de Naturgy, y que dejó de operar tras unos 40 años de actividad.
La operación se llevó a cabo con las máximas medidas de seguridad, según la compañía, y “con el mínimo impacto ambiental y el cumplimiento riguroso de la normativa vigente”. Ha sido también con gran expectación de personas que se congregaron en las inmediaciones del lugar, algunas para inmortalizar también este momento.
“Para Cerceda supone un hito importante de su pasado”, ha explicado a Europa Press el alcalde, Juan Manuel Rodríguez, que ha recordado que en esa zona ya se está tramitando un polígono industrial en el plan sectorial de áreas empresariales de Galicia. “Ya hay dos proyectos en marcha de cara al futuro”, ha remarcado en referencia al desarrollo económico y el empleo.
Por otra parte, se ha referido, en alusión a los que proponían que se conservase, al coste de su mantenimiento y a las obras estructurales que hubo que hacer en el pasado en ella, así como el hecho de que no se formulasen alegaciones cuando se inició el desmantelamiento.
CARACTERÍSTICAS
La torre, cuya función era enfriar el agua de refrigeración necesaria para la operación de la central, tenía una altura de unos 126 metros y su diámetro en la base era de 72 metros y de 48 en coronación.
La construcción de hormigón armado estaba sustenda sobre 54 pilares en ‘v’ y representabaun volumen de unos 648.000 metros cúbicos y un peso de másde 10.000 toneladas.
SILOS
Además del derribo de la torre de refrigeración en torno a las 15,11 horas, y que duró unos segundos, se ha procedido a la voladura de los dos silos de cenizas, de 34 y 44 metros, respectivamente, así como del silo de escoria.
La demolición se realizó mediante “una de las técnicas más eficientes para el desmantelamiento de centrales”, han apuntado desde Naturgy. También han precisado que para minimizar el polvo que podía provocar el colapso de la torre, se dispuso un sistema de cortinas de agua circundando la construcción.
Tras la demolición de las construcciones, se estima que se recuperarán, mediante reciclado, unas 155 toneladas de hierro y 10.000 toneladas de hormigón de la torre y 5.500 toneladas de hormigón y 470 de hierro de los silos.
Para la voladura, además de la evacuación de las personas de la zona delimitada por un perímetro de seguridad de 250 metros, se comprobó la ausencia de nidos de aves, así como otras especies que se pudieran ver afectadas. También se cerraron los accesos a la zona.
El proyecto de desmantelamiento de la central térmica fue presentado en junio de 2019 ante el Ministerio de Transición Ecológica y se optó por una demolición selectiva, en una actividad que da empleo a unas 80 personas.
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