El verano está siendo “mejor de lo esperado”, aunque desde el inicio de agosto ha aumentado la actividad: “Estamos en alerta máxima”
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 12 (EUROPA PRESS)
Aunque las olas de calor han afectado por el momento a Galicia menos que al resto del territorio, la comunidad afronta el verano siempre con la vista puesta en los incendios forestales, en “alerta máxima” por unos fuegos que “han crecido en peligrosidad” en los últimos años, son “más extensos” y “cada vez se acercan más a poblaciones”.
El que lo cuenta, en una entrevista concedida a Europa Press, es Carlos Luna, piloto de avión de extinción de incendios que, desde Ourense, forma parte de ese operativo que, por tierra y aire, día a día, se mantiene vigilante para “proteger los bosques, el territorio y a la población” de los incendios forestales.
Carlos Luna creció en Madrid, muy cerca de un aeródromo, y, desde pequeño, tuvo contacto con pilotos de extinción de incendios. Por ello, esta profesión siempre fue su objetivo. Formado en la escuela European Flyers, trabaja actualmente para Plysa y, desde hace 3 años, está destinado en Galicia.
Desde la base del Miteco en Xinzo de Limia, Carlos Luna destaca lo “espectacular” de los paisajes gallegos y de su combinación de “montaña y bosque”, algo que, no obstante, hace el territorio más complicado si cabe para la extinción.
“Los principales riesgos son la cantidad de bosque y su cercanía con los núcleos de población”, apunta el piloto, que destaca como, en periodos de altas temperaturas, “lo sencillo” es que alguno de estos fuegos acabe acercándose a una población.
En los últimos años, el experto detecta no un incremento en el número de fuegos, pero sí en su virulencia y en la proximidad a las personas. “Han crecido en peligrosidad, son más grandes que antes, y hay más acercamiento a poblaciones, incluso a las ciudades”, apunta.
Entre las particularidades de Galicia, además de su territorio, está el clima, que supone el “gran handicap”, dado que las malas condiciones meteorológicas suponen un obstáculo para la actuación de los aviones de extinción.
PRIORIDAD, LAS PERSONAS
Tras recibir la alerta, los aviones tienen “10 minutos para estar en el aire”, apunta Carlos Luna. En ese momento, solo conocen la localización del fuego y los medios que están presentes, por lo que la intervención depende, en gran manera, de cuestiones como los efectivos en tierra y la proximidad o no a núcleos de población.
En caso de que el avión sea el primero en llegar, destaca, intervienen en función de su propio criterio, en los flancos en los que consideran prioritarios o en las inmediaciones de núcleos de población, de haberlos. En el caso de que haya medios terrestres o aéreos de coordinación previos, se les orienta desde los mismos.
“Atacamos en función de la urgencia, la zona más crítica o la zona de población”, destaca el piloto, que, además de en Ourense de forma “automática”, actúa, por petición a través del Miteco, en áreas limítrofes y Portugal.
UN VERANO “MEJOR DE LO ESPERADO”
Aunque “se esperaba una campaña muy dura”, apunta Carlos Luna, hasta el momento el verano está siendo “mucho mejor de lo esperado” en términos de incendios, sobre todo en comparación con otras partes de España y de Europa.
Entre febrero y abril, ha dicho, desde su base asistieron a 47 incendios, “prácticamente un récord en la campaña de invierno” y por encima “de los últimos tres años en conjunto”.
Con este panorama, los servicios de extinción se prepararon para lo peor durante el verano. Sin embargo, la climatología jugó en este caso una buena pasada y, por el momento, aún no se han producido “grandes incendios” en época estival.
En todo caso, no se baja la guardia. “Estamos en alerta máxima, en expectativa de que puedan producirse fuegos fuertes y peligrosos”, cuenta Carlos Luna, que pide “mucha cautela”, especialmente durante las olas de calor. Mientras en el mes de junio registraban en torno a las dos salidas semanales, desde el arranque de agosto “hay casi una salida diaria”.
En la base de Xinzo de Limia se actúa durante los meses de verano, mientras que en otras dos se amplía la presencia desde primavera a otoño. En todo caso, Carlos Luna incide en los beneficios que tendría ampliar a todo el año la presencia de medios de extinción, de modo que se pudiese dar una respuesta contundente a los fuegos fuera de temporada, cada vez más probables por el cambio climático.
Sobre el desempeño de los medios aéreos, el piloto lo tiene claro: son “fundamentales en una primera fase del incendio” para atajar las posibilidades de que avance con rapidez. “Cuanto antes salgan los medios aéreos para apoyar a la gente de tierra, mejor es el resultado”, apunta el piloto, que destaca la capacidad de este tipo de medios para “contener” la expansión.
“Si no tienes esa respuesta rápida, el fuego puede superar en poco tiempo a los medios de extinción presentes y correr mucho más rápido que la capacidad de extinción”, destaca, haciendo hincapié en que se alerte a este tipo de medios lo antes posible. “Cuando vean que el fuego se puede extender un poco, que no esperen, que nos llamen lo antes posible”, apostilla.
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