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Angrois.-Policías que atendieron ‘in situ’ al maquinista constatan que ya apuntaba a una falta de seguridad

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Una llamada con Garzón negada hasta “dos veces”: clave previa a la declaración del interventor de Renfe prevista para este miércoles

SANTIAGO DE COMPOSTELA, 25 (EUROPA PRESS)

Francisco José Garzón, el conductor del Alvia 04155 accidentado en la curva compostelana de Angrois el 23 de julio de 2014, apuntó a su propia responsabilidad y a un “despiste” en los primeros momentos tras el descarrilamiento, pero sin dejar de denunciar que una falta de seguridad en aquel tramo “dejaba todo en manos del maquinista”.

Así lo han constatado los primeros agentes de la Policía Nacional que aquel día llegaron al lugar del siniestro y que este martes han prestado declaración como testigos en la cuarta jornada del juicio que se celebra en la Cidade da Cultura, de Santiago, más de nueve años después del accidente que se saldó con 80 muertos y 145 heridos.

Tras diez días desde la última sesión, y ya con la ausencia de ambos acusados –además de Garzón, el exdirector de seguridad de Adif, Andrés Cortabitarte– porque así lo permitió la jueza Elena Fernández Currás, los accesos al edificio judicial han estado más liberados de la presencia de los medios de comunicación.

Hasta nueve policías han intervenido ante la magistrada y varios de ellos han corroborado las palabras pronunciadas por el maquinista, tanto en pequeñas conversaciones que mantuvieron con él, como en varias llamadas telefónicas que realizó desde Angrois antes de su traslado al Hospital Clínico.

El comisario de la Policía Judicial de A Coruña, que en aquellas fechas estaba encargado del operativo de seguridad por las fiestas del 25 de julio y el día previo, fue el primer mando en llegar a la curva y así lo ha relatado ante las preguntas del fiscal Mario Piñeiro y de las distintas partes personadas.

Ha contado cómo estuvo “una media hora” con el maquinista después de que lo retirasen de la locomotora, con la cara ensangrentada. Según el comisario, Garzón reconoció su exceso de velocidad: “La he jodido. Es que venía a 190 kilómetros por hora”.

El policía ha alegado que no se trataba de ningún interrogatorio, sino que pretendía conocer “lo que había ocurrido” porque, de hecho, las primeras llamadas para alertar del siniestro “hablaban de una explosión” y en el lugar “había olor a quemado y a amonal, una sustancia explosiva”.

GARZÓN “HABLABA SIN QUE NADIE LE PREGUNTARA”

Otro policía que estuvo con Garzón tras el siniestro ha asegurado que el maquinista se lamentaba de lo acontecido –“Madre mía lo que he hecho”, decía– y lo achacaba a que se había “despistado” durante la conducción, por lo que pensaba que estaba todavía “dos túneles antes” y que aún faltaba para llegar a la curva de A Grandeira.

Tras el siniestro, Garzón estuvo sentado en un banco hasta que los sanitarios ordenaron su evacuación al hospital. También ha declarado otro agente que lo escoltó hasta el coche y que ha contado cómo “hablaba sin que nadie le preguntara”.

“Nos decía que se sentía culpable, que la culpa había sido suya, que la seguridad de la vía no era adecuada para la velocidad que podía llevar el tren, que estaba todo en manos del maquinista”, ha resumido.

Garzón también atendía a varias llamadas y a una de ellas, según el policía, respondió: “He sido yo”. Durante el interrogatorio, la defensa del maquinista ha intentado desligar esa frase de cualquier atribución de responsabilidad, porque simplemente podía tratarse de gente que contactaba con él para preguntar si el Alvia descarrilado era el suyo.

LA LLAMADA QUE EL INTERVENTOR NEGÓ “DOS VECES”

Otra de las claves en el juicio, y a la que se atribuiría “el despiste” del maquinista, es la llamada de unos 100 segundos de duración que mantuvo instantes previos al descarrilamiento con el interventor de Renfe, Antonio Martín Marugán, cuya declaración, entre otras, está prevista para este miércoles.

Y es que, tal y como declaró Francisco Garzón el pasado 6 de octubre, aquella llamada, que era “de servicio” y en la que se interesaba por unos viajeros que iban a Pontedeume y sobre cómo entrar en dicha estación, no impidió que siguiese “prestando atención”, si bien le hizo “perder la conciencia situacional”.

Este martes ha declarado también el policía que ejerció como secretario en la instrucción del atestado, dado que el propio instructor ya falleció. Ha explicado ante la jueza que “desde el primer momento” el cuerpo trató de descubrir “algún tipo de distracción” por parte del conductor.

Sin embargo, tal y como ha afirmado, no tuvieron conocimiento de la llamada hasta el 31 de julio, una semana después del accidente, tras obtener los datos del registro telefónico de uno de los móviles que portaba el maquinista.

De hecho, no lo comentaron en sus primeras declaraciones ni el conductor que llevó el Alvia hasta Ourense –al que Garzón le tomó el relevo–, ni el vigilante de seguridad, ni el propio interventor. Es más, Marugán negó hasta “dos veces” esa llamada, según ha contestado este martes el policía secretario de la instrucción.

DEFIENDE LA ACTUACIÓN POLICIAL

El agente, durante el interrogatorio al que se ha sometido como testigo, también ha negado cualquier tipo de maltrato al que fuese sometido el maquinista la noche que pasó en el calabozo, porque “no consta” en el expediente. Además, ha asegurado que no se le apresó hasta que tuvo “el alta hospitalaria”.

Precisamente, ha sido en el turno del representante del maquinista cuando la jueza ha intervenido para cortar las preguntas sobre la detención, que al letrado le parecían “relevantes”.

“Ese no es el objeto de mi juicio (…) Si tiene algún problema sobre el trato que se le dio a su cliente como detenido o como investigado en sede judicial, tenía que haberlo puesto de manifiesto en su momento. Ahora ya no viene a cuento de nada”, ha zanjado, tajante, Fernández Currás.

El policía secretario de la instrucción tampoco ha dejado de reivindicar su experiencia de “más o menos 38 años en la Policía”. “Sé cómo iniciar una investigación”, ha insistido, al responder a la defensa de Garzón. “No fui aleccionado por nadie, si es lo que piensa usted”.

El juicio se reanudará este miércoles con las declaraciones como testigos del interventor de Renfe con el que hablaba por teléfono el maquinista, del empleado de seguridad y de otro trabajador de la operadora que iban a bordo del Alvia, así como del conductor que llevó el tren desde Medina del Campo hasta Ourense.


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