“Aquello era una situación normativa perfecta”, afirma un miembro del equipo de la gerencia de seguridad en la circulación del operador
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 16 (EUROPA PRESS)
El superior inmediato del jefe de maquinistas que avisó del riesgo de accidente en Angrois (Santiago), José Luis Rodríguez Vilariño, ha afirmado que consideró que ese era un “punto crítico” pero que “se ajustaba a norma”, en relación a la curva de A Grandeira, donde descarriló un tren Alvia en julio de 2013 dejando 80 muertos y 145 heridos.
A continuación, el miembro del equipo de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe Viajeros Ángel Lluch ha negado que le llegara ese correo electrónico, pero sí ha reconocido haber mantenido una conversación con José Ramón Iglesias Mazaira, el jefe de maquinistas que trasladó el aviso. “Aquello era una situación normativa perfecta”, ha llegado a afirmar.
En la décimo primera jornada del juicio por el siniestro del Alvia, Rodríguez Vilariño ha comparecido en calidad de testigo propuesto por el letrado del maquinista que circuló hasta Ourense, Javier Illanes.
En el banquillo de los acusados se sientan el ex director de seguridad en la circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, por el análisis de riesgos de la línea, y el maquinista Francisco Garzón, por frenar tarde al atender una llamada del interventor y tomar la curva con un exceso de velocidad.
A continuación ha declarado el miembro del equipo de la gerencia de seguridad en la circulación de Renfe Viajeros Ángel Lluch Perales, a propuesta del abogado de Garzón, y ha defendido que la curva “estaba reglamentariamente señalizada”.
SARDÓN E IZQUIERDO, ESTE JUEVES
Rodríguez Vilariño ha explicado que remitió el correo electrónico con el aviso de Iglesias Mazaira al gerente Rafael Sardón, al jefe de producción Nicolás Izquierdo y a su mando “directo”, Javier Pérez. Los dos primeros comparecen este jueves en el juicio.
En concreto, el jefe de maquinistas José Ramón Iglesias Mazaira redactó un informe en diciembre de 2011 en el que, entre otras cuestiones, planteaba “estudiar la posibilidad de solicitar la implantación en vía de señales de limitación permanente a 80 kilómetros por hora, que podrían facilitar el cumplimiento de las velocidades máximas”.
Y es que, según avisaba, en esa zona “únicamente existe una señal de velocidad descendente (PTO) a la altura del punto kilométrico 84.230, pero de poco vale puesto que de no haber reducido previamente la velocidad –advertía–, nada se podrá hacer ya”.
TRASLADARLO A ADIF
Ante las preguntas de las partes, Rodríguez Vilariño ha respondido que no le consta si este aviso llegó a Adif, empresa con que no mantenía reuniones.
Asimismo, ha asegurado no recordar quién de Renfe era el encargado de trasladar este tipo de asuntos al administrador de la infraestructura ferroviaria.
Sobre si él vio un riesgo en la curva, ha reconocido que consideró que era “un punto crítico”, pero ha argumentado que no es “experto en seguridad”.
Quien en la actualidad es jefe de área de producción de servicio público ha contestado también a las cuestiones del fiscal, al que ha dicho que esta fue “la única” persona que le alertó de ese “punto crítico”.
“UNA CUESTIÓN TÉCNICA”
“Cuando leo, efectivamente leo el escrito entero y compruebo que lo que dice el señor Mazaira se ajusta correctamente a la normativa vigente y en consecuencia no tengo…”, le ha expuesto. “¿No lo valora como un tema de seguridad? No, lo valoro como una cuestión técnica”, ha proseguido.
En este sentido, ha incidido en que “el informe del señor Mazaira no trasgredía ninguna norma por la que yo tuviera que trasladar” su advertencia.
El representante del Ministerio Fiscal le ha interrogado entonces si la sugerencia de instalar señales “no le pareció relevante”, y él le ha admitido que no le pareció “relevante al punto que se ve ahora”. “Ahora está claro, efectivamente, ya se cambió todo”, ha resuelto el fiscal.
Sobre si se debatió en la comisión este punto concreto, ha indicado que “no se trató” y que “el secretario no consideró” que se hiciera porque “no le dio trascendencia y pasó de puntos”.
Por su parte, intuye que “entre otras razones” esto se debió a que “es un tema que implicaba al Adif y ahí no había interlocutores del Adif”.
EL REFUERZO DE LA FORMACIÓN
También ha reconocido en este extremo que se hizo un “refuerzo” de la formación a los maquinistas, pero él se encargó únicamente de los de media distancia, mientras que Garzón era de larga distancia y desconoce qué se hizo –si se hizo– en ese ámbito.
A la abogada de la plataforma de víctimas le ha trasladado que entiende que el aviso fue “trasladado como un todo a Adif”, pues lo leyó en un documento, si bien “la certeza” no la tiene.
Mientras, a la abogada del estado, que representa a Adif, le ha señalado que no le consta que “ningún maquinista haya hecho el más mínimo escrito” en la misma línea que Iglesias Mazaira y al abogado de Renfe, en la misma línea, que no tiene “constancia de que eso aflorase en ningún tipo de reunión”.
Por último, en el turno del abogado que defiende al maquinista, ha asumido que lo ocurrido “le podía ocurrir a cualquier maquinista, evidentemente”.
“CUMPLÍA NORMA”
Ángel Lluch ha iniciado su declaración después de un receso y al abogado del maquinista le ha reconocido que habló por teléfono con Iglesias Mazaira: “Sí, contacté con mucha gente en los territorios para aprovechar el conocimiento”, ha indicado.
En cualquier caso, ha asegurado que “nunca” recibió el correo electrónico, y ha precisado que la conversación se produjo por una llamada telefónica posterior.
Igualmente, ha afirmado no tener “el recuerdo de haber comentado con Mazaira ni con nadie nada sobre ese punto concreto” del riesgo en A Grandeira”. “Desconocía absolutamente la infraestructura, no la había visto nunca”, ha añadido.
En cualquier caso, ha mantenido, como dijo en instrucción, que si lo hubiera conocido diría que “aquello era una situación normativa perfecta”. “Cumplía norma. Estaba reglamentariamente señalizada”, ha ahondado.
“¿Cómo se protegía?”, le ha interpelado el letrado de Garzón. “Con el anuncio del cuadro de velocidades máximas a los maquinistas”, ha contestado. Ha sido ese el momento en que el abogado ha advertido de que es “la única curva que no ha sido señalizada” en un amplio tramo del trayecto.
Durante el interrogatorio de la representante de Adif, Lluch ha precisado que abordó “exclusivamente” el problema de transición de ‘ERTMS’ a ‘Asfa’ y ha insistido en que no vio “ninguna denuncia” sobre el peligro “por los cauces establecidos”.
De hecho, ha hecho referencia a un control de su bandeja de entrada de correo electrónico para corroborar más tarde que “ese correo no estaba” y había otro en que no podía leer el mensaje pues figuraba con “caracteres cirílicos”.
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