El yacimiento arqueológico de origen tartésico más importante del Mediterráneo Occidental, ubicado en Guareña, podrá seguir siendo estudiado por científicos durante unos seis años más, tras haberse iniciado el proyecto en 2014.
La aportación de fondos de varias instituciones, entre las que se haya la Junta de Extremadura, a la que se añade la cantidad económica recibida al ser galardonado el proyecto con el Premio Nacional de Arqueología de la Fundación PALARQ, permitirá que los análisis se prolonguen.
Una de las piezas más notorias de las excavaciones, que aún no ha sido completamente descubierta, es una escultura de mármol griego de gran tamaño, la primera que se ha encontrado en la Península Ibérica; se trata de una pieza original y calificada como excepcional por los investigadores.
A la valiosa estatua se une el conjunto de 52 cadáveres de caballos, aparecidos a modo de hecatombe, procedentes de un sacrificio ritual. La primera vez que se ha documentado una hecatombe ha sido en El Turuñuelo, por lo que los restos de equinos suponen el hallazgo más importante del Mediterráneo Occidental.
Junto a estos destacados descubrimientos, que aportarán más luz sobre la cultura tartésica, se encuentra la aparición de huesos de un varón inhumado, denominado Desiderio, cuyo ADN está siendo investigado por diferentes institutos europeos para datar su procedencia y definir su edad, modo de vida y cómo falleció.
En la presentación de estos descubrimientos en Mérida han estado el secretario general de Ciencia, Tecnología e Innovación, Jesús Alonso, el director del Instituto de Arqueología de Mérida, Sebastián Celestino, y el alcalde de Guareña, Abel González.
Jesús Alonso ha afirmado que, tras percibir el reconocimiento del Premio de la Fundación PALARQ, se reconoce la notoriedad de la excavación. Alonso ha garantizado que desde la Junta de Extremadura se asegura la continuidad de los trabajos de investigación por parte de diferentes equipos científicos en los próximos años.
CUBIERTA DEL YACIMIENTO
La Junta de Extremadura ha financiado y construido recientemente una gran cubierta del yacimiento, lo que en palabras de Sebastián Celestino, ha supuesto que los investigadores puedan trabajar sin estar preocupados por las inclemencias meteorológicas y que los restos estén más protegidos parar desarrollar las tareas arqueológicas sin premura y con definición durante todo el año.
Los restos procedentes del yacimiento de Guareña están siendo investigados por científicos del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en colaboración con varias universidades; los cadáveres de los 52 caballos encontrados están siendo datados por el Instituto de Conservación de Valencia. Veterinarios y biólogos de la UEX, han manifestado su intención de colaborar y esperan a que finalicen las labores de recogida de datos para estudiarlos, con el objetivo de establecer los orígenes del caballo, las razas, y trazar la evolución de la especie equina.
Esta cultura, que tuvo una gran influencia en la cuenca del río Guadiana, previsiblemente dejó otros restos de edificios, ahora denominados cúmulos, situados a lo largo de las orillas del río entre Mérida y las cercanías de Ciudad Real.
El edificio de El Turuñuelo, del que se conservan dos plantas, algo excepcional, fue destruido e incendiado por sus habitantes en un sacrificio religioso al final del siglo V antes de Cristo. El equipo director de las excavaciones en el yacimiento arqueológico está coordinado por Sebastián Celestino y Esther Rodríguez.
El alcalde de Guareña, Abel González, se ha mostrado orgulloso de que este reconocido enclave tartésico esté en su localidad, porque se incrementa el patrimonio cultural del municipio y le ha situado en el mapa científico a nivel mundial. González confía en que el futuro se convierta en un recurso turístico cultural.
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