CÁCERES, 11 (EUROPA PRESS)
Beni Morgado, una vecina del bloque de viviendas de Nuevo Cáceres cuya fachada se derrumbó la noche del lunes, ha reconocido que, tras el desplome de la parte lateral del edificio, los vecinos “tienen miedo” y ha pedido que “lo arreglen pronto” pero que lo “arreglen bien”.
“Mi piso, la quinta planta, es la única parte que no se ha caído pero nos han dicho que en esas habitaciones no estemos, y cuando salgo al balcón a tender tengo miedo”, ha señalado.
En este punto, la vecina ha recordado que el pasado lunes, cuando se produjo el desplome de la fachada lateral, estaba sentada “tranquilamente” en el sofá de su casa y le dijo a su marido que había escuchado como “un terremoto”, a lo que ha añadido que han tenido “la gran suerte” de que en ese momento “no pasaba nadie” porque el desprendimiento “ha podido matar a alguien”.
En declaraciones a Europa Press Televisión, Beni Morgado ha resaltado que esta problemática “se veía venir” porque el agua se filtraba en el inmueble y “antes o después iba a pasar”.
“De momento lo están analizando y estamos pidiendo presupuesto porque esto lo tendremos que pagar los vecinos, ¿quién lo va a pagar?”, ha subrayado.
Por otro lado, una trabajadora del bloque de viviendas afectado, Laura Vega, ha dicho que, aunque la vivienda donde trabaja “no está afectada”, su encargada “toca madera”, ya que es una situación “complicada” pensar que “puedan perder la vivienda” y el “coste” que puede suponer para los vecinos.
EXPERTOS ASEGURAN QUE LA FACHADA ES “UNA MALA CONSTRUCCIÓN”
El arquitecto encargado de realizar el proyecto de reconstrucción del inmueble, José Luis Pedrera Zamorano, ha asegurado que el desprendimiento de la fachada lateral del edificio Nuevo Cáceres es una “mala construcción” y ha puntualizado que se trata de detalles que a veces “no se cuidan”.
En este punto, ha explicado que este tipo de desprendimientos se producen “con cierta frecuencia” y son derivados de que la capa exterior de los cerramientos de la fachada deberían de estar apoyadas “planta a planta” y “de manera suficiente” (al menos 7 centímetros) en cada uno de los forjados, mientras que el edificio Nuevo Cáceres ha estado apoyando las cuatro primeras plantas “unas sobre otras” y en “condiciones de desequilibrio”, por lo que el perfil metálico de la planta baja ha aguantado el peso “lo que ha podido”.
En este sentido, Pedrera Zamorano ha resaltado que la climatología también ha sido uno de los “factores determinantes” en el incidente, debido a que las grietas generadas han permitido la entrada del agua, que junto al viento, han hecho que los aislamientos empujen y “provoquen el derrumbe”.
Así, el arquitecto ha avanzado que, de contar con la autorización de la propuesta de reparación presentada al ayuntamiento de Cáceres, podría comenzar con las obras “mañana mismo” empezando por desescombrar la zona y, “de inmediato” proyectar espuma de poliuretano que evitaría la entrada de agua y los problemas térmicos en el inmueble, para después fijar perfiles metálicos “en todas las plantas”, reconstruir y revestir la fachada hasta “dejarla como estaba”.
Finalmente, el técnico ha indicado que la responsabilidad de la empresa constructora y de todos los agentes implicados “ha prescrito” debido a que el inmueble alcanza los veinte años de construcción (2004).
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