José Polo “quizá” estaría dispuesto a negociar con los ladrones para recuperar la botella de Château D’Yquem de 1806
CÁCERES, 27 (EUROPA PRESS)
José Antonio Polo, uno de los propietarios del hotel y restaurante Atrio de Cáceres junto a Toño Pérez, ha mantenido que el robo de las 45 botellas de vino exclusivo de su bodega fue “por encargo” y que las botellas están fuera de España.
“Pienso que ha sido un encargo y me quedaba la esperanza de que no fuera así y negociaran con las botellas, pero si no negocian de aquí a final del juicio quiere decir que las botellas ya las tiene la persona que haya encargado el robo, y es más peligrosa esa persona que la cárcel”, ha subrayado Polo en declaraciones a los medios.
Asimismo, se ha mostrado dispuesto a negociar con los ladrones de las botellas de vino de su establecimiento para recuperar la botella de Château D’Yquem de 1806, única en el mundo, y que fue sustraída de la bodega junto a otras 44 botellas en octubre de 2021.
Polo, que ha prestado declaración este lunes como testigo en el juicio por el robo en el que están acusados Constantin Dumitru y Priscila Lara Guevara, ha dicho a la salida de los juzgados que las botellas de Romanée Conti que robaron “no es más que dinero” pero en el caso de la Château D’Yquem de 1806 “quizá” estaría dispuesto a negociar para recuperarla porque tiene detrás “mucha historia” y por su exclusividad.
De hecho, al ser preguntado por los periodistas por el coste de las botellas, ha dicho que “es relativo” porque “todo depende de que haya alguien dispuesto a vender algo y otro a pagarlo”. Según ha relatado en su declaración en sede judicial, la famosa botella de 1806 la adquirieron en el año 2000 en un lote de 24 botellas y pagaron por ellas entre “siete u ocho millones de pesetas”, es decir, unos 42.000 ó 54.000 euros de ahora.
“Para mi la botella de Château D’Yquem no la hubiera vendido ni por un millón de euros, a no ser que lo necesitara para pagar a los empleados o a los proveedores pero era una botella con mucha historia, única”, ha aseverado, al tiempo que ha recordado que se rompió cuando la compraron hace veintitrés años y la propia bodega volvió a embotellarles el vino. En las bodegas, propiedad ahora de Louis Vuitton, la botella más antigua es de 1866, sesenta años más que la robada en Atrio.
Al ser preguntado por el hecho de que no ha reconocido “al cien por cien” a los acusados como las personas que estuvieron en el hotel la noche de los hechos, Polo ha dicho que es mal fisionomista.
En cuanto a cómo se produjeron los hechos, Polo ha dicho que “no sabe” cómo pudieron hacerse con la llave magnética para abrir la bodega pero que, a lo mejor, la han duplicado a través de una llave antigua. Y en relación al inventario de los vinos ha defendido que se hace en un ordenador y también en dos libretas de forma manual, donde se apuntan los vinos que se venden y se compran diariamente, es decir, el inventario se actualiza cada día para saber con exactitud cuántas botellas y cuáles hay en la bodega.
Polo ha concluido que “no tiene ni idea de dónde están las botellas” y ha señalado que han conseguido pasar página de este suceso. Cabe destacar que los propietarios de Atrio llegaron a un acuerdo con la aseguradora Reale que les ha indemnizado con 753.454 euros por las botellas que en la carta del restaurante estaban valoradas en más de 1,64 millones de euros.
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