MÉRIDA, 10 (EUROPA PRESS)
La Virgen y Mártir Santa Eulalia ha regresado este domingo en procesión a su Basílica emeritense y, con él, ha abierto la Puerta Santa inaugurando así un Año Jubilar en el que la capital autonómica se reivindicará como cuna del cristianismo hispano y destino turístico religioso.
Instantes después de cruzar el dintel del templo, tras haber dormitado en la Concatedral de Santa María, la imagen sacra de aquella niña torturada en el año 304 por orden del emperador Diocleciano que perseguía a los cristianos, se ha visto envuelta por una petalada pirotécnica que ha teñido los cielos de blanco y rojo -colores eulalienses- con más de 3.000 kilos de confeti y serpentinas, amén de las incontenidas lágrimas y aplausos de los fieles eulalienses.
Al mismo tiempo, mientras Santa Eulalia se mecía con el himno nacional de fondo y entre las armas presentadas por jóvenes enfundados en sus uniformes verdosos, un humo procedente de cañones preparados para su llegada ha cubierto a la virgen y mártir emulando las densas nieblas que siglos atrás la ocultaron, según cuenta la historia, cuando los soldados romanos la arrastraron herida y desnuda por las calles de la ciudad para ridiculizar su virginidad.
La apertura de la Puerta Santa, cuyos arcos de piedra estaban vestidos por arreglos florales invernales coronados con hojas de palma, ha estado a cargo del Arzobispo de la Diócesis de Mérida-Badajoz, Celso Morga, quien ha bendecido, arrodillándose después, el pórtico santo a golpe de martillo plateado y entre cantos marianos entonados por voces masculinas coordinadas con perfecta precisión.
Además de los peregrinos, feligreses y curiosos locales y visitantes que han acompañado a la patrona de la ciudad con graves gritos de “Eulalia” y finas voces que respondían “guapa, guapa y guapa”, ha estado presente la presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, y la de la Asamblea regional, Blanca Martín, entre otras autoridades que esta mañana han sido recibidas por el alcalde emeritense, Antonio Rodríguez Osuna, antes de dar comienzo la procesión.
UNA ALFOMBRA FLORAL A LOS PIES DE LA MÁRTIR
La tradicional ofrenda floral ha sido mejorada este año por miembros de la Asociación de Alfombristas do Corpus Christi de Ponteareas (Galicia), quienes delante del Hornito han elaborado esta madrugada una alfombra de flores de nueve metros de diámetro y unos 70 metros cuadrados.
Para ello, un equipo de 19 personas oriundas de Ponteareas, localidad que se reivindica como “cuna del alfombrismo español”, con más de dos siglos de tradición y experiencia, han empleado 3.000 claveles blancos, 500 rojos y 2.000 deshidratados, así como semillas y hojas de eucalipto, según ha explicado a Europa Press el presidente de la asociación, Miguel Ángel García.
Así, el corazón de la pieza sobre la que se ha posado la patrona emeritense está presidido por la imagen de Santa Eulalia, quien en una mano sostiene el hornito y en la otra la palma del martirio, a la par que es rodeada por una doble corona de tonos dorados y rojizos para simbolizar su doble condición de virgen y mártir.
Por su parte, la cenefa de arcos rojos que cierra la alfombra se constituye como una alegoría del Acueducto de los Milagros emeritense, tierra en la que vivió y murió la niña mártir que, a su vez, está representada en las tonalidades pardas que rodean a la imagen.
Este ofrecimiento por parte de la Asociación de Alfombristas do Corpus Christi, coincide con el reciente nombramiento como arzobispo coadjutor de Mérida-Badajoz, José Rodríguez Carballo, gallego que hizo su noviciado en el mismo Ponteareas.
MÉRIDA, UN DESTINO DE PEREGRINACIONES
Aunque la concesión de este Año Jubilar llegó en 2021 por la Santa Sede, un año antes, el alcalde Rodríguez Osuna y el Arzobispo Celso Morga, firmaron la constitución de un Consejo Eulaliense de la Ciudad de Mérida, a fin de visibilizar a Santa Eulalia fuera de las fronteras regionales.
Este objetivo se alinea además con la intención del consistorio emeritense de recuperar su “liderazgo espiritual”, según ha indicado el mismo en su página web, y de reivindicar a la ciudad como una cuna del cristianismo y destino de peregrinaciones.
En este sentido, Morga ha recordado a Europa Press este domingo que en Mérida, “ya desde el siglo III” existía una comunidad cristiana, algo que atestiguan la Carta 67 del obispo Cipriano de Cartago, datada en el 254, con motivo del nombramiento de nuevos obispos en la Diócesis de León-Astorga y Mérida, así como el propio martirio que acabó con la vida de Eulalia.
Con el inicio de este año santo que se extenderá hasta el 10 de diciembre de 2024, teniendo continuidad cada año en el que el día de Santa Eulalia caiga en domingo, los feligreses podrán alcanzar la ‘indulgencia plenaria’, ya que, según ha explicado Morga, “el Año Jubilar proviene de la Biblia” y supone un tiempo de “especial gracia de Dios”, a través de la “conversión de los pecados, la vuelta a él, y el amor a los hermanos y a la creación como casa común a todos”.
Del mismo modo, la ciudad tendrá durante este periodo la oportunidad de visibilizar la importancia que tuvo Mérida para la comunidad cristiana en sus primeros siglos, llegando incluso a convertirse en tiempos de la España visigoda como un “centro de gran peregrinación”, cuyo espíritu esperan recuperar entre el Clero y el consistorio.
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