MÉRIDA, 18 (EUROPA PRESS)
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida ha vivido este miércoles la última noche de estreno del cartel de su 68 edición con la puesta en escena de ‘La tumba de Antígona’, obra que escribió María Zambrano en la posguerra y que versiona Karlik Danza Teatro, con texto de Nieves Rodríguez y Cristina D. Silveira, directora también de esta coproducción con el propio certamen.
Una propuesta en la que la compañía extremeña aborda con su peculiar lenguaje que aúna la danza y la palabra los textos de la filósofa española en los que, más que reflexionar, apuesta por el delirio, uno de los lenguajes creados por Zambrano, para abordar las miserias de la guerra sobre un escenario que presenta a la hija de Edipo y Yocasta en su tumba, y que renace en la mente de la autora para poner en pie esta obra teatral que aúna filosofía y literatura.
La actriz Ana García, omnipresente en la escena, encarna a Antígona, acompañada por actores y bailarines procedentes de varias generaciones reunidos por Silveira para la ocasión entre los que se encuentran Cristina Pérez Bermejo, Elena Rocha, Lara Martorán, Camilo Maqueda, Mamen Godoy, Tania Garrido, Jorge Barrantes, Simón Ferrero, Sergio Barquilla, José Antonio Lucia y Francisco García, acompañados por la violinista Aolani Shirin.
La propuesta presenta una escenografía que divide en dos el teatro romano de Mérida. Abajo, en la orchestra, se sitúa la tumba de Antígona, quien presa del delirio y en un llanto permanente interrumpe su monólogo sucesivamente para reencontrarse con todos aquellos que han formado parte de su vida. Su padre Edipo, sus hermanos Eteocles, Polinices e Ismene, su tío Creonte, la Arpía…
Esta especie de renacer en la tumba da a Antígona una última oportunidad para llegar a la razón, a la verdad de los acontecimientos que la fueron desposeyendo de todo aquello que amaba y que la abocaron al suicidio.
Al mismo tiempo que Antígona narra su historia y comparte pensamientos con quienes la visitan en su enterramiento, sobre el escenario los bailarines van desentrañando su vida con coreografías que ponen en movimiento cada palabra de la obra.
El conjunto da como resultado una obra sustentada en el texto de María Zambrano convertido en un espectáculo muy visual, que incluyo en ocasiones obliga al espectador a elegir donde poner el foco de su atención, pues la acción transcurre al mismo tiempo en varios puntos del inmenso escenario del teatro emeritense, cuyo público ha ovacionado y despedido en pie al elenco.
UN REGALO PARA LA COMPAÑÍA
Al término de la representación, la compañía ha ofrecido sus primeras impresiones. La directora de la obra Cristina D. Silveira, ha subrayado que esta función es un homenaje a la representación de esta misma obra hace 30 años en el festival emeritense, y también a la propia autora, María Zambrano, como pensadora y como mujer.
Por ello, recibe como un “regalo” haber podido llevar esta obra hasta el teatro romano de Mérida, como también ha sido un regalo contar con Nieves Rodríguez en la creación de este “delirio de la tumba de Antígona”.
La coautora se ha mostrado “tan emocionada” tras el estreno que se ha quedado “sin palabras”, si bien ha dado las gracias a la compañía y a la propia María Zambrano, que es quien le “alumbra el camino”.
La actriz Ana García ha alabado el texto de Zambrano y el trabajo de sus compañeros, pues “solo por ellos” ha sido capaz de “tirar con todo esto hacia adelante”, para posteriormente reconocer que “nunca” podrá vivir “un protagonismo tan acompañado y un monólogo más diálogo, más repartido, que este”.
FIN A LA 68 EDICION
Teatro hecho en Extremadura para despedir un festival que este año estaba dedicado especialmente a la figura de la mujer, y que echa el telón imaginario del teatro romano de Mérida –la obra se representará hasta el domingo– con una función protagonizada por una mujer, de una obra escrita por una filósofa, con un texto firmado por dos autoras y bajo la batuta de una directora.
‘La tumba de Antígona’ es el noveno título de un certamen que arrancó el pasado 3 de julio y que ha visto pasar por el milenario escenario emeritense versiones de los clásico a ritmo de rap, espectáculos de danza, en clave de comedia y tragedia, y un musical.
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