MÉRIDA, 11 (EUROPA PRESS)
El Año Jubilar Guadalupense ha llegado a su fin este pasado sábado después de que hayan cruzado la Puerta Santa del Real Monasterio de Guadalupe más de 140.000 peregrinos y visitantes.
La celebración arrancó el 5 de agosto de 2020 pero fue prorrogada por el Papa Francisco debido a la pandemia de Covid-19. Este pasado sábado, el Arzobispo de Toledo y Primado de España, Francisco Cerro, ha cerrado la Puerta Santa.
“Cerramos un año jubilar en esta casa de la Madre, casa de sanación donde siempre somos acogidos en el corazón de su Hijo”, ha señalado Cerro, quien ha agradecido al Papa Francisco la “cercanía y amor” demostrados durante los dos años del jubileo.
La basílica del Real Monasterio de Santa María ha acogido la eucaristía que ha puesto fin al jubileo, que yunto con el primado han concelebrado el arzobispo emérito de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco; el arzobispo emérito de Toledo, Braulio Rodríguez. Igualmente el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga, el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar; el administrador apostólico de Plasencia, Ciriaco Benavente y el obispo emérito de Segovia e hijo predilecto de Guadalupe, Ángel Rubio.
El padre Guillermo Cerrato, guardián del Monasterio, junto con la comunidad franciscana y un nutrido grupo de sacerdotes también han participado en esta ceremonia de finalización del año jubilar guadalupense.
En el ámbito de las instituciones civiles, ha estado presente el alcalde de Guadalupe, D. Felipe Sánchez y la senadora Carmen Riolobos. Junto a ellos, se encontraban Isabel Ruiz, vicepresidenta segunda de la Diputación de Cáceres, y Francisco Pérez, director general de Bibliotecas, Archivos y Patrimonio Cultural, que ha acudido en representación de la Junta de Extremadura.
La celebración litúrgica ha contado con la colaboración de los Caballeros y Damas de Ntra. Sra. de Guadalupe, mientras que la parte polifónica ha corrido a cargo de la coral “Ntra. Sra. de Guadalupe” de la Puebla de Guadalupe.
El arzobispo, durante su homilía, ha glosado la carta que el Papa Francisco remitía, a los obispos de Toledo, Mérida-Badajoz, Coria-Cáceres y Plasencia, con motivo del año jubilar guadalupense, el pasado 31 de mayo de 2021.
Por ello, Cerro ha aconsejado “vivamente” leer esta carta y ha subrayado las “tres claves” que el Papa quiso subrayar con motivo de este jubileo, que se trata de “un tiempo de conversión y confianza”, señala el arzobispado en nota de prensa.
El Primado ha recordado el interés del Papa Francisco en acudir a venerar la sagrada imagen de la Virgen de Guadalupe a la par de su unión “a la peregrinación espiritual de muchos fieles que no han podido cumplir su deseo de acercarse al Santuario”.
En este sentido, Cerro ha agradecido la cercanía y el cariño “al que agradecemos que haya estado siempre tan cercano a nosotros durante este jubileo y el amor que nos ha demostrado”.
También ha subrayado el modo en que el Papa se ha referido al Santuario de Guadalupe: “Casa de Sanación”, recordando la “cantidad ingente” de peregrinos que han visitado el santuario de la Morenita de las Villuercas. Seguidamente ha invitado a vivir la confianza: “En este tiempo de incertidumbre que vivimos, tenemos que confiar a los pies de la Virgen, Nuestra Madre”.
El Primado ha recordado “las tres actitudes” de las que habla Francisco en su carta del pasado mes de mayo. Primeramente ha incidido en “la conversión” que, en palabras del arzobispo de Toledo, se ha llevado a cabo durante estos pasados meses de jubileo cada vez que hemos recibido el sacramento de la confesión o han atravesado la puerta santa de esta iglesia”.
En este sentido ha abundado que para vivir la conversión es necesario “volver la mirada hacia el Padre, como hizo el hijo pródigo en la parábola”.
La segunda de las claves es “el abandono filial” que para Cerro es ineludible para vivir la confianza, tal como aparece en el salmo 130: “Señor, mi corazón no es ambicioso”. De ahí que Cerro haya recordado que “en este Santuario hemos vivido experiencias de abandono filial, nos hemos abandonado en las manos del Señor, en su corazón”.
La tercera clave es “un proyecto de vida” según indica el Papa. “Se trata de ponernos en camino” ha incidido el Primado y ha recordado la cantidad ingente de peregrinaciones llevadas a cabo durante los dos años del jubileo en las que él mismo ha participado. “Hemos de adoptar la actitud del samaritano” ha subrayado Cerro siguiendo las propias palabras del Pontífice: “cuidando al pobre y restituyendo así la misericordia de la que somos deudores”.
Ha querido concluir su homilía el arzobispo de Toledo invitando a seguir acudiendo al Santuario de Guadalupe porque se necesita “a la Madre, a la Morenita de las Villuercas, que no se cansa de esperar”.
“Cerramos un año jubilar en esta casa de la madre, casa de sanación donde siempre somos acogidos en el corazón de su hijo”, ha apostillado Cerro.
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