MÉRIDA, 5 (EUROPA PRESS)
Cerca de la mitad de los niños extremeños de entre 3 y 12 años, en concreto un 45,3 por ciento, tuvieron piojos alguna vez en los tres años anteriores a la pandemia de Covid-19, y el 88,9 por ciento de familias extremeñas creen que sus hijos se contagiaron de piojos en el colegio.
Así se recoge en el IX Estudio CinfaSalud ‘Percepción y hábitos de los padres y madres españoles ante la pediculosis’, realizado en 2019 y avalado por la Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria, y realizado a través de un cuestionario online a 3.072 padres españoles con hijos de 3 a 12 años, de todas las comunidades autónomas.
Este estudio confirma, además, que en España, la pediculosis es más frecuente en las niñas, ya que un 55,8 por ciento tuvieron piojos en los tres años previos a la pandemia, frente a la mitad de los niños (47,5%), un hecho que se explica porque “el cabello largo supone una mayor superficie de transmisión para los parásitos y porque, entre las niñas, son más habituales los juegos de cercanía y son más proclives a compartir artículos de pelo”, según explica el médico de Cinfa Julio Maset.
Además, este facultativo de Cinfa señala que en la actualidad, cuando “las circunstancias sociales y sanitarias vuelven a ser las habituales de las de la época precovid, la pediculosis va a volver a constituir un problema de salud de alta incidencia en las aulas y hogares españoles” debido al mayor contacto entre los niños, ha señalado.
En ese sentido, ha apuntado que este “contacto directo cabeza con cabeza es la principal vía de contagio de los piojos”, ya que se trata de “una de las afecciones más contagiosas, junto al resfriado, por lo que es lógico pensar que su propagación aumentará este curso”, ha resaltado Julio Maset.
Así, la incidencia de estos parásitos es mayor en los escolares de 6 o más años, ya que, como revela la investigación de Cinfa, este problema lo ha padecido el 55,7 por ciento de los escolares de 10 a 12 años, y el 52,8 por ciento de los que tienen de 6 a 9 años, frente al 42,9 por ciento de los más pequeños (de 3 a 5 años), según informa Cinfa en nota de prensa.
En el caso de Extremadura, el 88,9 por ciento de familias cree que sus hijos se contagiaron de piojos en el colegio, aunque el 18,5 por ciento piensa que pudieron contraerlos en la piscina y el 3,7 por ciento, que pasó en campamentos. Además, el 1,9 por ciento opina que el contagio se produjo en el entorno familiar o en otro lugar sin precisar.
EL PICOR, SIGNO DE CONTAGIO MÁS FRECUENTE
Por su parte, la vicepresidenta primera de Sociedad Española de Farmacia Clínica, Familiar y Comunitaria (Sefac), Ana Molinero, explica que “aunque es muy molesto, el Pediculus Humanus Capitis o piojo humano de la cabeza no transmite enfermedades, por lo que no constituye un peligro para la salud”, y de hecho, no siempre produce síntomas, aunque “si los hay, el más frecuente es el picor y la necesidad de rascarse, lo que puede llegar a provocar lesiones en el cuero cabelludo de los niños”, señala.
De hecho, tres de cada cuatro familias extremeñas (77,8%) detectan la pediculosis por el prurito (picor) que tienen sus hijos en la cabeza, aunque el 68,5 por ciento ve los piojos en el cabello de sus hijos cuando les peinan, lavan o revisan la cabeza.
Además, el 7,4 por ciento observa lesiones en el cuello o tras las orejas, que son las zonas óptimas para el desarrollo de estos parásitos, y el 3,7 por ciento se percata de que su hijo no duerme bien, lo que puede ocurrir debido al picor.
En ese sentido, el el estudio muestra también que, más allá de los síntomas físicos, el impacto psicológico de este problema es considerable, ya que el 29,6 por ciento de los padres y madres de Extremadura creen que tener piojos afecta emocionalmente a sus hijos, y un 63 por ciento considera que les afecta a ellos directamente.
Esta afectación emocional se da más en madres, en los progenitores más jóvenes y en familias con niñas o hijos más pequeños, lo cual, a juicio del médico de Cinfa Julio Maset, “pone en evidencia la necesidad de normalizar la pediculosis en la sociedad como un problema más de salud, fácilmente atajable y en absoluto vinculado al pelo sucio, para ahorrar angustias innecesarias”.
En España, la mayor preocupación de los padres ante los piojos es el picor y las molestias que estos generan, en 35,2 por ciento; seguida de la posibilidad de que pueda contagiarse el resto de la familia (17,3%), el riesgo de transmisión de enfermedades (16,9%), el “jaleo” que implica el tratamiento (14,4%), la repulsa que generan los piojos (8,5%) y el estigma que pueda suponer para sus hijos (7,6%).
En ese sentido, Ana Molinero señala que “la desinformación y las falsas creencias acerca de la pediculosis siguen estando muy extendidas”, ya que el 24,7 por ciento de los padres sigue creyendo que los piojos están relacionados con una falta de higiene, lo que les lleva a temer que traten a sus hijos de diferente manera por tener piojos.
Este “miedo al estigma y la vergüenza” provoca que el 18,5 por ciento de los progenitores extremeño no avisa al colegio cuando su hijo tiene piojos, a pesar de que siempre debe hacerse, y la razón para ello, en el 29,9 por ciento de los casos, es la vergüenza y el miedo al estigma social.
Además, de acuerdo a este estudio, el 92,6 por ciento de las familias extremeñas aplican un tratamiento pediculicida para eliminar los piojos y el 86 por ciento de ellas cree que fue eficaz.
Sin embargo, el estudio revela solo un 22 por ciento de las familias llevan a cabo el tratamiento correctamente, ya que el resto no aplica el conjunto de medidas necesarias para garantizar su efectividad, como son seguir las instrucciones del fabricante, peinar mechón a mechón con la lendrera, no usar secador, seguir pasando la lendrera en las dos semanas siguientes y verificar a los siete días si todavía hay parásitos, en cuyo caso habría que reaplicar el tratamiento.
“Los datos revelan que las infestaciones de piojos son ahora más frecuentes y difíciles de tratar debido a un incremento de las resistencias, generadas la mayor parte de las veces, por una incorrecta aplicación del producto”, explica el experto de Cinfa, que señala que poner a disposición de los padres “información completa y veraz sobre qué es la pediculosis y cómo tratarla es necesario para evitar que este problema de salud siga aumentando su complejidad”.
Por otra parte, las medidas complementarias más utilizadas en Extremadura para eliminar los piojos son revisar el pelo de toda la familia (77,8%), lavar sábanas y toallas a 60ºC (también 77,8%) e indicar a los niños que eviten compartir artículos de pelo (66,7%). Además, el 37% de padres y madres aspira muebles, sofás y colchones y el 27,8% aísla los objetos que no pueden lavarse en una bolsa cerrada durante una semana.
Tampoco en Extremadura las medidas preventivas se llevan a la práctica con la frecuencia necesaria, ya que dos de cada diez familias (20,8%) no utilizan repelentes de piojos ni siquiera cuando existen casos cercanos, y de hecho, en el 37 por ciento de hogares, los niños con piojos han contagiado a otros miembros.
Finalmente, el IX Estudio CinfaSalud refleja también que, en nuestro país, las dudas acerca de cómo tratar la pediculosis siguen siendo numerosas, ya que un 66,1 por ciento de las familias no supieron exactamente cómo actuar cuando sus hijos tuvieron piojos por primera vez, por lo que necesitaron informarse.
Para solucionar estas dudas, la fuente de consulta más habitual a la que recurren los padres extremeños es la farmacia (66,7%), seguida de Internet (35,2%), los amigos o conocidos (22,2%) y los médicos y enfermeros (20,4%). Además, el 7,4% de las familias busca información en revistas o libros, el 5,6% consulta a su peluquero y el 3,7% pregunta a profesores u otros profesionales del colegio.
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