MÉRIDA, 4 (EUROPA PRESS)
Agentes del medio natural de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio realizan operativos de control cinegético como establece el protocolo de actuación recogido por la Junta para evitar el furtivismo en Extremadura. En esos operativos detectan cepos, lazos, redes y jaulas que están prohibidas para la caza y que su uso supone un delito.
Según la normativa vigente, desempeñan actividades de vigilancia y dispositivos de control de vehículos para detectar y evitar delitos contra la fauna y la flora, en terrenos cinegéticos gestionados por la Dirección General de Política Forestal.
Para llevar a cabo estas inspecciones se conforman equipos de al menos cuatro agentes, manteniendo las pautas de seguridad indicadas y solicitando la cooperación de los cuerpos y fuerzas de seguridad cuando es necesario, fundamentalmente en situaciones de riesgo con decomisos de piezas de caza o de armas.
En estos casos, lo harán constar en el acta de la denuncia y lo comunicarán al momento a través de la emisora a la Guardia Civil, según ha informado este domingo la Junta de Extremadura en nota de prensa.
Resulta muy importante planificar y coordinar previamente las actuaciones anti-furtivismo y el lugar donde se establecerá el dispositivo. Los agentes, equipados con chalecos de alta visibilidad y antibalas, portan conos, señales viales y también disponen de barras bloqueadoras para detener los vehículos sospechosos de modo seguro.
Agentes de la Unidad Territorial de Vigilancia (UTV4) de la Siberia realizan numerosos controles para combatir el furtivismo en la Reserva de Caza del Cíjara, vigilando especialmente en acciones de caza mayor como monterías, aguardos y recechos.
CEPOS, LAZOS, JAULAS-TRAMPA
Como policía judicial genérica desempeñan funciones de primeras diligencias de prevención, requiriendo documentación como el DNI, licencia de armas y caza, revisando vehículos o realizando decomisos de piezas, así como de medios de caza ilegal como lazos, cepos, redes, trampas y también de armas.
Uno de los agentes explica que durante las inspecciones rutinarias como el control de mallas o zonas colindantes donde los animales cruzan con facilidad es muy habitual encontrarse con cepos o lazos que están totalmente prohibidos por ser métodos no selectivos y masivos, y por ello altamente dañinos para la fauna. Su uso implica un delito, e incluso quien no los utilice, pero los conserve está sujeto a ser sancionado.
Los agentes del medio natural también suelen encontrar jaulas trampa para atrapar zorros y jinetas en las inspecciones que realizan por el entorno y cuándo más furtivos se detectan es coincidiendo con la época de la Berrea de los ciervos pues el venado es uno de los principales trofeos que buscan, para amputar cornamenta y pene, según precisa otro de los agentes.
La principal labor de estos profesionales es persuadir contra estas prácticas ilegales y entre las mayores dificultades que encuentran es “no poder estar en todos los terrenos al mismo tiempo” y la gran superficie que vigilan.
Los focos de los vehículos, la presencia de buitres sobrevolando el espacio y cámaras de foto trampeo instaladas en la zona les ayudan en la tarea de vigilancia aportándoles pistas en muchos casos.
OTROS DELITOS
Como resultado de estas operaciones los casos que más suelen darse son infracciones administrativas por no llevar documentación y en otros se detectan delitos contra la fauna y flora cuya denuncia se remite al órgano competente, poniéndolo en conocimiento de la autoridad fiscal, cuando corresponda.
Cuando se haya cometido una infracción o posible delito y la persona se niegue a identificarse, también estará incurriendo en un delito de desobediencia a la autoridad.
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