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Quince migrantes originarios de Malí están recibiendo formación en Almaraz (Cáceres) para desempeñar labores en una planta de energía solar

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BADAJOZ, 11 (EUROPA PRESS)

Un total de 15 jóvenes malienses con edades comprendidas entre los 22 y los 30 años que llegaron a las costas españolas huyendo del conflicto en su país participarán como beneficiarios en un proyecto de formación e integración social en las localidades cacereñas de Almaraz y Torrecillas de la Tiesa.

Los beneficiarios han sido seleccionados por una empresa privada del sector energético para trabajar en estas dos localizaciones extremeñas, gracias a esta iniciativa del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y la Secretaría de Estado de Migraciones, que gestiona la ONG Accem.

El delegado del Gobierno en Extremadura, José Luis Quintana, ha presentado este miércoles este proyecto que pretende favorecer la formación, integración e inserción laboral de personas migrantes en situación de vulnerabilidad social, al tiempo que se intentan paliar los problemas existentes para generar mano de obra en diferentes sectores.

La finalidad del proyecto es apoyar la adquisición de autonomía de las personas destinatarias, en este caso jóvenes acogidos en el sistema de protección, así como la consolidación de conocimientos y habilidades que hagan efectiva su plena inclusión en la sociedad, ha señalado el delegado.

Para ello, se han establecido mecanismos de colaboración entre una administración pública, el Ministerio de Inclusión, una empresa privada, y una entidad social, de forma que sea posible facilitar su acceso real y efectivo al mercado laboral de los beneficiarios en condiciones de dignidad, prestando acompañamiento social.

El programa se inició en Extremadura el pasado 26 de agosto y actualmente atiende a 15 migrantes malienses que provienen de un Centro de Atención, Emergencia y Derivación (CAED) de Carabanchel.

Acompañado por representantes de esta ONG en Extremadura, el delegado del Gobierno ha recordado que la media de estancia en España de los chicos es de seis meses, y todos tienen protección subsidiaria que les permite tener un contrato de trabajo. Con estos requisitos, ha señalado, fueron seleccionados por una empresa privada del sector energético para participar y trabajar en dos localizaciones de Extremadura, Almaraz y Torrecillas de la Tiesa.

Tras adquirir conocimiento en riesgos laborales y una fase previa formativa en la planta fotovoltaica de Almaraz, está previsto que a principios de octubre sean trasladados a Torrecillas de la Tiesa para trabajar en una planta fotovoltaica como montadores de paneles solares. En el proyecto de Torrecilla seguirán contratados por la empresa durante un año y contarán con el acompañamiento de Accem.

“Ahora mismo que se habla tanto de necesidades de mano de obra, creo que estamos ante un ejemplo de cómo es posible avanzar en este ámbito, siempre que se haga de manera organizada y coordinada por las administraciones”, ha puesto el acento Quintana, junto con que también “es un ejemplo de cómo es factible apoyar la inserción laboral de estas personas y buscar una solución a su vulnerabilidad social, al tiempo que se integran y conseguimos paliar los problemas existentes en mano de obra”.

La responsable de Accem en Extremadura, Mar García, ha explicado por su parte que la entidad trabaja en la región desde 2015 y lo hace tanto con solicitantes de protección internacional como con migrantes, especialmente con estos últimos desde la situación de emergencia puesta de manifiesto desde 2023 por el gran número de personas que llegan por las costas canarias a nuestro país.

En cuanto al proyecto referido por el delegado, ha detallado que son 15 chicos los que se están beneficiando procedentes de las costas canarias y que salieron de su país debido al conflicto de Mali, atravesaron determinados países y cruzaron hasta España para llegar posteriormente a la península. Una vez aquí, han estado en un primer momento en un centro de acogida durante unos meses y posteriormente se han incorporado a este proyecto dirigido a la inserción sociolaboral.

Asimismo e interpelado por la posibilidad de que participen en este proyecto personas migrantes acogidas en el centro de Mérida, Quintana ha detallado que estos migrantes han superado los seis meses desde que pidieron el asilo político y que, cuando haya pasado dicho tiempo para los de Mérida, pueden trabajar, pero que en este centro de la capital autonómica “normalmente” constituye una “primera llegada”.

García ha matizado que hay que seguir un procedimiento y que, desde que Accem comenzara su gestión en Mérida el 25 de enero, ha gestionado y ha ayudado a la formalización de la solicitud de protección internacional de más de 900 chicos.

Actualmente, ha concluido el delegado, el centro de acogida de Mérida vive una “total normalidad”, sobre lo que ha explicado que “había una alarma de que había muchos menores” o “de incremento de delincuencia” en la ciudad y que en ambos casos “resultó ser incierta”; tras lo que ha destacado que el centro tiene 840 plazas con una posibilidad de ampliación hasta 960 que “nunca se cubren” y este miércoles había 890 personas acogidas.


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