VITORIA, 15 (EUROPA PRESS)
El diputado general de Álava, Ramiro González, ha abogado por afrontar las consecuencias del descenso de la natalidad y el incremento de la longevidad de la población “con políticas trasversales de país”, coordinadas por parte de todas las instituciones.
Estas políticas han ser una “prioridad compartida, en las que las familias, todas ellas y toda su diversidad, han de ocupar un espacio central”, ha manifestado, para añadir que “solo si abordamos la cuestión desde esta perspectiva, seremos capaces de avanzar frente a ese gran reto que constituye una de las cuestiones centrales a las que nos enfrentamos en este siglo”.
Así, la preocupación por el reto demográfico ha centrado esta tarde la intervención del diputado general en el acto de celebración del 25º aniversario de Hirukide, la Federación de Asociaciones de Familias Numerosas de Euskadi, que ha tenido lugar en el Palacio Europa de Vitoria-Gasteiz.
Tras felicitar a la asociación por su andadura de 25 años, el mandatario foral ha puesto en valor que Hirukide nació con la intención de unir fuerzas en defensa y protección de las familias numerosas, y de velar por sus derechos y mejorar su calidad de vida. Hoy, la asociación cuenta con 8.200 familias asociadas en Euskadi, 1.400 de ellas en Álava.
“La diversidad de familias que existen en la actualidad tienen un papel activo como grupo social, y representan un valor importantísimo para Álava y para Euskadi. Son uno de los pilares de la sociedad y la garantía para la protección y el bienestar de niñas, niños y adolescentes”, ha remarcado.
Ramiro González ha resaltado el papel de las familias ante la actual situación de “transición social y demográfica”. El reto demográfico “implica un menor número de nacimientos, que serán el relevo natural de la población”, ha explicado.
El año pasado nacieron en Álava 53 criaturas menos que en 2022, y casi un millar menos que hace una década. A este descenso de la natalidad se suma, de manera paralela, “la mayor longevidad de la población, que es algo positivo pero que acarrea una mayor necesidad de cuidados”, ha dicho.
“Desde las instituciones públicas debemos trabajar por posibilitar y consolidar un cambio cultural que haga posible la conciliación real de la vida familiar, social y laboral, y el reparto de los cuidados”, ha explicado, para recordar los programas innovadores que ha puesto en marcha la Diputación Foral de Álava, como Gizarea y Etxean Bai, que implican a los entornos familiares.
González ha concluido señalando que la mejor aportación que las instituciones pueden hacer al conjunto de las familias es procurar “una sociedad próspera, con trabajo estable y de calidad, acceso a la vivienda asequible, ayudas a la crianza, y corresponsabilidad en los cuidados, y que garantice a las personas jóvenes poder formar una familia si así lo desean o ampliarla hasta donde quieran”.
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