Vitoria-Gasteiz acoge el Congreso Nacional de la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica
VITORIA, 29 (EUROPA PRESS)
Los psiquiatras han querido “desterrar el estigma” de que solo medican y tratan depresiones, al exponer que los profesionales realizan varios tipos de intervenciones terapéuticas como las psicoterapias, programas de rehabilitación y procesos de integración en la sociedad y en la vida comunitaria.
“Los malestares de la vida no son depresiones y no solo medicamos. Es un desconocimiento generalizado que se tiene de nuestra especialidad médica”, ha señalado el doctor y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica (SEPC), Edorta Elizagarate, durante la rueda de prensa de presentación del XXXII Curso Nacional de Actualización en Psiquiatría de Vitoria-Gasteiz.
“En este contexto, es importante desterrar el estigma que han vertido ciertos grupos de la sociedad hacia nuestra práctica clínica, en lo que respecta a administración de fármacos, porque están validados científicamente, son necesarios dentro de un proceso de rehabilitación en Psiquiatría y en este campo no existen conjeturas ni especulaciones”, ha manifestado.
Elizagarate ha subrayado que la Psiquiatría “ajusta criterios diagnósticos y trastornos mentales, con entrevistas clínicas, observaciones detalladas, pruebas psicométricas y conocimiento y experiencia profesional”. “A partir de ahí, con el diagnóstico más preciso posible, se recurre a las posibilidades terapéuticas que se han mostrado más eficaces científicamente para cada uno de los diagnósticos”, ha añadido.
“Hoy en día, existe una corriente que destaca que los psiquiatras priorizamos el tratamiento farmacológico. La medicación, que es una parte importante de nuestra atención y no la única, lejos de ser una rémora o un menoscabo en la atención de nuestros pacientes, ha contribuido, por ejemplo, de forma importante al descenso en todos los grupos de población de las tasas de suicidios relacionados con la depresión”, ha reivindicado.
En esta línea, el especialista ha alabado el avance de la Psicofarmacología -una rama de la farmacología, que estudia la acción de los fármacos sobre las funciones cerebrales, y por ende sobre las cogniciones, percepciones, pensamientos y conductas motoras- porque es “una herramienta básica de la medicina general, de las neurociencias como Psiquiatría y Neurología e incluso de la Psicología Clínica”.
“En este Curso de Psiquiatría conoceremos de primera mano diferentes opciones terapéuticas nuevas como las glutamatérgicas. El glutamato es el principal neurotransmisor excitador del sistema nervioso central y se están empleando medicamentos que trabajan esta área del cerebro para el tratamiento de la depresión y también para la esquizofrenia”, ha indicado Elizagarate.
MAYOR CONCIENCIACIÓN
Por su parte, el psiquiatra y profesor titular de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá y jefe de sección en el Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Guillermo Lahera, ha explicado que “el boom de la salud mental, tras la pandemia, ha tenido importantes beneficios como la legitimización del sufrimiento psíquico, facilitando que muchos pacientes puedan pedir ayuda profesional”.
Asimismo, ha destacado “la reducción del estigma tradicionalmente asociado a la enfermedad mental, a través de revelaciones de actores, escritores o presentadores de televisión”, así como que “la salud mental esté en la agenda política, propiciando una mayor concienciación de la importancia de la inversión en este campo”.
Sin embargo, ha señalado que también ha dado lugar a la “excesiva psiquiatrización de los malestares de la vida diaria, convirtiendo en depresión o ansiedad, lo que constituye una parte insustituible de la vida humana”.
“También ha dado lugar a un desacople entre una demanda desmesurada de atención sanitaria y los recursos públicos existentes, provocando el colapso de los centros de salud mental y las listas de espera; y una posible politización de la salud mental, con escasa transversalidad”, ha alertado.
“En esta situación, es necesario explicar que la especialidad de Psiquiatría trata de responder a la nueva realidad, priorizando la atención a los pacientes más graves con trastornos mentales como la esquizofrenia, trastorno bipolar, depresión mayor, TOC o autismo, y defendiendo la importancia de sus fundamentos científicos en el diagnóstico y tratamiento”, ha aclarado Lahera.
DEPRESIÓN PERSISTENTE
Por último, la psiquiatra adjunta de la Unidad de Hospitalización de Psiquiatría del Hospital Universitario Basurto, Arantza Madrazo, ha puesto el foco en la depresión resistente, “una de las patologías más prevalentes”.
“Más de 300 millones de personas sufren depresión en el mundo y, concretamente, 175 padecen un trastorno depresivo mayor, que es cuando los síntomas interfieren con la vida diaria durante un largo período de tiempo. En España, la prevalencia de esta depresión es de un 4%”, ha aclarado.
“Aunque hay tratamientos conocidos y eficaces para tratar la depresión, al menos el 30% de los pacientes tienen una respuesta insuficiente y no consiguen la recuperación. Es lo que se denomina depresión resistente al tratamiento. En España, se registran 44.000 nuevos casos de este subtipo de depresión. La incidencia media es de 0,93 casos/100 personas”, ha detallado.
Madrazo ha expuesto que “la depresión puede afectar a cualquiera”, aunque, “es más frecuente en mujeres y quienes han vivido abusos, pérdidas graves u otros eventos estresantes”. “Tiene un origen multicausal, como pueden ser factores biológicos, psicológicos y sociales. El estrés crónico, por ejemplo, produce cambios en nuestro cerebro que pueden conducir a una depresión. Esto quedó patente durante la pandemia, donde se produjo un aumento del 25% de los casos de depresión”, ha descrito.
Para acabar su intervención, la psiquiatra ha reclamado “más inversión” para “investigar en neurociencias”. “La inversión sanitaria que se ha dedicado a la salud mental es insuficiente. sin embargo, el gasto que origina supone un 4% del PIB. Reclamamos más inversión”, ha demandado.
Vitoria-Gasteiz alberga durante estos días la reunión decana de la Psiquiatría estatal y de referencia anual, en la que se presentan las actualizaciones y líneas estratégicas en salud mental. Por segundo año consecutivo, el tradicional congreso se celebra de forma conjunta con el III Congreso Nacional de la Sociedad Española de Psiquiatría Clínica.
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