MADRID, 12 (SERVIMEDIA)
La propuesta de la Comisión Europea de que la UE acometa una reducción neta del 90% en las emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2040 con respecto a los niveles de 1990 es “insuficiente” para cumplir el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 grados en comparación con los niveles preindustriales.
La organización ambiental WWF hace esa consideración en un nuevo informe difundido este miércoles, donde señala que la UE debería alcanzar la neutralidad climática precisamente en 2040, es decir, que entonces las emisiones que se expulsen a la atmósfera sean compensadas con las que absorben sumideros como bosques y océanos.
La Comisión Europea propuso por primera vez en febrero de 2024 un objetivo climático para 2040, con una reducción de un 90% de las emisiones. El comisario de Clima, Wopke Hoekstra, ha apuntado que se espera una nueva propuesta legislativa sobre este asunto.
Sin embargo, WWF apunta que este objetivo del 90% “no refleja la responsabilidad global de la UE en la crisis climática” debido a su “responsabilidad histórica y capacidad de actuación”.
Por ello, propone fijar 2040 como meta para la neutralidad climática, una década antes del objetivo actual de la Ley Europea del Clima, así como que la UE aumente su apoyo financiero a los países pobres para mitigar el cambio climático.
“La UE ha sido un actor clave en el aumento de la temperatura global desde la Revolución Industrial. De hecho, sus emisiones per cápita son comparables a las de China, el mayor emisor del mundo. Fijar un objetivo para 2040 es un paso en la dirección correcta, pero no suficiente: la UE debe avanzar más rápido y con mayor ambición”, según Michael Sicaud-Clyet, responsable de política climática de WWF UE.
Por su parte, Mar Asunción, responsable de Clima y Energía de WWF España, apuntó que el Gobierno español debería “adelantar” también la fecha de neutralidad climática a 2040.
“GRAVES INCOHERENCIAS”
La WWF señala en su informe “graves incoherencias” en las políticas climáticas europeas de sectores clave como energía, transporte, industria y agricultura, que “frenan la descarbonización”.
Entre los principales obstáculos figuran las subvenciones a los combustibles fósiles, los permisos gratuitos de contaminación para la industria pesada, la exención de impuestos para la aviación comercial, el apoyo a prácticas agrícolas intensivas en emisiones dentro de la Política Agrícola Común (PAC) y los incentivos a la bioenergía que, en algunos casos, aumentan las emisiones en comparación con los combustibles fósiles.
“Mientras la UE busca recursos para la transición ecológica y el desarrollo de tecnologías limpias, sigue subvencionando a los grandes contaminadores y concediéndoles exenciones fiscales masivas. Estas políticas perjudican al clima, a las personas y a las empresas. La Comisión Europea debe tomar medidas urgentes para corregir estas contradicciones y garantizar que la UE lidere la lucha contra el cambio climático”, concluyó Sicaud-Clyet.
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