MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
Una media de 16 menores de edad son víctimas cada semana de los combates provocados por la invasión rusa de Ucrania, desde cuyo inicio, en febrero de 2022, han fallecido 659 chavales y otros 1.747 han resultado heridos.
Lo denunció este jueves World Vision en un comunicado en el que atestiguó que “millones de niños y niñas ucranianos siguen viendo sus vidas destrozadas por la violencia diaria, los desplazamientos, la interrupción de la educación, el acceso limitado a la atención sanitaria, los efectos de los trastornos mentales y los traumas, la separación familiar y las violaciones de sus derechos humanos”.
Esta organización señaló que casi el 4% de los hogares ucranianos cuenta con al menos un menor que vive separado de su familia, un guarismo que es mayor en el este de Ucrania, escenario de los combates más encarnizados.
En ese sentido, 3,6 millones de ucranianos se han convertido en desplazados internos, el 59% de ellos mujeres, y unos 6,5 millones han huido al extranjero. De estos últimos, el 90% son mujeres y menores de edad.
World Vision alertó de que la guerra ha provocado “importantes secuelas” en la salud mental de la infancia y recordó una reciente encuesta para poner de manifiesto que nueve de cada diez niños sufren estrés psicológico y emocional. Entre ellos, el 73% dice sentirse inseguro o temeroso; el 64% tiene falta de interés por aprender y el 54% experimenta tristeza o poca confianza en sí mismo.
La organización observó que el 49,6% de los adolescentes ucranianos han estado expuestos a los combates, de los cuales el 32% tiene depresión, el 17,9% ansiedad, el 35% un trauma psicológico significativo, el 29,5% trastornos alimentarios, y el 20,5% riesgo medio o alto de consumo de sustancias.
A su vez, los adolescentes son vulnerables a la violencia de género, como lo evidencia un estudio de World Vision que indica que dos de cada cinco chicas que sufren esta lacra afirman haber perdido la confianza en sí mismas y sentirse confusas, frente a una cuarta parte de los chicos que ha vivido episodios de violencia psicológica.
La organización reseñó que cuatro millones de niños ucranianos han visto interrumpida su educación y que 600.000 chavales no pueden acudir presencialmente a clase. A ello se añade que más de uno de cada diez centros de enseñanza presenta daños y más del 20% ha tenido que cerrar por no contar con refugios antiaéreos.
En las zonas donde las escuelas siguen funcionando, éstas “están desbordadas y se enfrentan a la escasez de profesores cualificados”.
Como consecuencia de los ataques e interrupciones del suministro eléctrico, los estudiantes podrían perder entre 31 y 81 horas de aprendizaje al mes; mientras que los que recurren a la enseñanza en línea pueden perder hasta 160 horas mensuales, según World Vision.
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