MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Uruguay ha aprobado este jueves una reforma de la ley de pensiones que amplía la edad de jubilación hasta los 65 años, asegurando que aunque se trata de una medida impopular “es lo que hay que hacer”.
Este proyecto de reforma, que deberá pasar por el Parlamento este viernes, amplía la edad mínima de jubilación en varias escalas que van desde los 63 hasta los 65 años, dependiendo de la fecha de nacimiento y los años cotizados hasta el momento, según ha informado ‘El Observador’.
El objetivo de esta reforma, según el Ejecutivo, es la de “asegurarle a todos los uruguayos un sistema de jubilación más justo, sólido y sostenible”, motivo por el cual han hecho alusiones a que se trata de un “acto de responsabilidad más allá de que no beneficie al Gobierno que la impulsa”.
Entre las razones para llevar a cabo la reforma, el Gobierno de Uruguay ha señalado que, además de la caída en los nacimientos, el sistema de pensiones necesitaba reformas desde hacía años. “Esta necesidad se fue convirtiendo en una urgencia por todos admitida, pero que no ha tenido respuesta hasta ahora”, ha detallado en un comunicado el Consejo de Ministros uruguayo.
Asimismo, con el cambio de esta ley se busca evitar que se llegue a “un gasto incontrolable en jubilaciones”, lo que podría dar la posibilidad a los futuros gobernantes de “disponer recursos y de dedicarlos en quienes más lo necesitan”, ha informado el citado diario.
En concreto, el texto recoge que los nacidos en 1973 se jubilarán con 63 años en 2036, los de 1974 lo harán con 64 años en 2038 y en 2040 los de 1975 con 65. La actual edad de jubilación en Uruguay es de 60 años.
No obstante, la reforma recoge dos excepciones para no retirarse con 65 años de edad. La primera es por una “carrera laboral extensa” y afecta a aquellos que tengan 30 años aportados cuando entre en vigencia la ley, y a aquellos que en general alcancen los 40 años de trabajo.
La otra forma de acceder a una excepción es trabajar en un puesto “particularmente exigente”, como es el caso de los trabajadores de la construcción y los trabajadores rurales que desempeñen puestos de trabajo que impliquen “un alto grado de esfuerzo físico”. En ese caso, podrán jubilarse a los 60 años de edad con 30 años cotizados.
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