MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ratificó este martes que “jamás” convertirá el patrimonio en “arma arrojadiza”, como acusó al PP de hacer con las obras del Real Monasterio de Sijena en 2017, y ofreció diálogo a las comunidades autónomas para “dejar atrás la confrontación que he hallado en muchos de estos asuntos”.
Lo hizo en la sesión de control al Gobierno en el Senado en respuesta a una pregunta de Francesc Xavier Ten (Junts), quien le interpeló por los controles que ha hecho el Gobierno para garantizar que la situación actual de las obras de arte “expoliadas” en 2017 del Museo de Lleida cumple con criterios museísticos, historiográficos y museográficos y la manera de asegurar que se mantengan en estado óptimo.
El titular de Cultura dejó claro que el Real Monasterio de Sijena “no es bien de titularidad estatal” y recordó que “su gestión compete a Aragón”. A pesar de ello, aseveró que no comparte “la gestión politizada y basada en la confrontación territorial que el PP hizo en 2017, y a nadie se le escapa cómo era la situación política en Cataluña en 2017”.
Esto le sirvió para deslizar que “con las obras de Sijena hubo quien quiso convertir un conflicto que era fundamentalmente patrimonial y que se podía haber gestionado de otra manera en un conflicto de índole claramente política; un conflicto que en vez de gestionarse desde el diálogo o desde la colaboración institucional y escuchando las voces de los expertos acabó en los juzgados”.
Urtasun refrendó que su departamento “jamás” convertirá el patrimonio en “arma arrojadiza” y subrayó que “siempre encontrarán en este ministro una voluntad de diálogo con todas las administraciones para que nuestro patrimonio esté conservado de la mejor manera en nuestro país”.
Insistió en que “en mi Ministerio de Cultura el patrimonio siempre será una herramienta de consenso social” y trasladó que “todos los gobiernos, el autonómico y el que yo dirijo, tenemos el deber de protegerlo y de garantizar que toda la ciudadanía tenga acceso a él”.
Urtasun concluyó su intervención comprometiéndose a “dejar atrás la confrontación que he hallado en muchos de estos asuntos”.
Por su parte, Francesc Xavier Ten espetó que el “fatídico episodio de diciembre de 2017 no se va a borrar de la memoria de los catalanes y mucho menos de la gent de la Terra Ferma”. Tras deplorar que lo acaecido ese año fue “un a por ellos cultural”, transmitió al ministro que lo sucedido en Sijena merece ser una “causa amnistiada”.
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