MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
El 24% de la población en España no percibe la obesidad infantil como una realidad grave en cuanto a “problemas asociados a la infancia” y, sin embargo, el ‘bullying’, que es una de las consecuencias sociales que puede tener la obesidad, es considerada como grave o muy grave por el 87% de la población española.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio ‘Actitudes, percepciones y creencias sobre la obesidad infantil en España’ que impulsó la Fundación Gasol para conocer la opinión de la población española sobre esta enfermedad, con motivo del Día Mundial de la Obesidad, que se celebrará mañana. Este trabajo también desvela que el 73% de los encuestados subestima el alcance del exceso de peso, que actualmente afecta a uno de cada tres niños en España.
A pesar de la fuerte asociación entre obesidad y acoso escolar que demuestra la evidencia científica, ambas realidades se perciben de forma muy distinta. Concretamente, el acoso escolar se sitúa en la cabeza de la lista de problemas de la infancia de mayor gravedad (el 87% lo consideran bastante o muy grave), mientras que la obesidad infantil ocupa la 12ª posición (el 76% le otorga ese mismo grado de gravedad).
En el análisis se observa un patrón en la escala de gravedad de los problemas asociados a la infancia: los relacionados con la violencia se perciben como más graves, seguidos de los relativos a la salud mental y a la pobreza. En contraposición, los problemas de salud física o hábitos/capacidades son los que se perciben como menos graves.
La obesidad infantil, al ser percibida como una cuestión de salud física, no se sitúa entre las problemáticas más graves. Solo cuando se asocia a sus consecuencias sociales y psicológicas, como el acoso escolar o problemas emocionales (ansiedad, depresión o baja autoestima), la percepción de la obesidad se agrava.
En cambio, el estudio constata que la mayor parte de la población piensa en las consecuencias físicas de la obesidad infantil antes que en otras de tipo psicológico o emocional. Concretamente, cuando se pregunta sobre las consecuencias más graves de la obesidad, el 40% de la muestra piensa, en primer lugar, en consecuencias físicas. Sin embargo, tan solo el 14% piensa en consecuencias psicológicas/emocionales en primer lugar y el 10%, en consecuencias sociales.
ALCANCE DE LA OBESIDAD
Este estudio demuestra que, cuando se conoce el alcance real del exceso de peso en la infancia, la percepción de que es una realidad muy grave aumenta un 19%. Existen dos percepciones opuestas sobre la misma realidad: la que atribuye la obesidad a los “malos hábitos” (92% de la muestra) y la que la asocia a una causa genética (8%).
En cuanto a la prevención de la obesidad infantil, el entorno social es con diferencia al que se atribuye un papel más determinante, ya que el 48% de los encuestados cree que “son los que más pueden hacer para prevenir la obesidad infantil”, muy por encima de otros agentes como, por ejemplo, la atención sanitaria primaria y hospitales (14%), las escuelas (9%), los gobiernos municipales, autonómicos o nacionales (7%) o las empresas/industria de alimentación, farmacéuticas, tecnológicas, etc. (6 %).
Esta diferencia remarcable entre el entorno próximo de los niños y cualquier otro agente/sector deja entrever la creencia dominante de que la obesidad es responsabilidad de las familias o del círculo cercano de los niños, y que poco se podría conseguir con cambios en políticas públicas o en los factores estructurales que marcan el estilo de vida en la infancia.
Además, la encuesta profundiza más en la concepción de los “hábitos saludables” y muestra que la gran mayoría (el 69% de los encuestados) opinan que la alimentación es el pilar más importante, por encima de la actividad física, el sueño o el bienestar emocional.
Este estudio fue impulsado por la Fundación Gasol y fue realizado por la consultora Collaborabrands. Para llevar a cabo este trabajo, se realizaron un total de 900 encuestas entre el 28 de noviembre y el 11 de diciembre 2024. La muestra es representativa de la población española de 18 a 65 años. Con el objetivo de ampliar la difusión y el alcance de sus iniciativas y campañas, la fundación cuenta con el apoyo de España se Mueve como medio colaborador.
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