Alerta de las cifras “alarmantes” de alumnas excluidas de la escuela durante los últimos tres años
MADRID, 31 (EUROPA PRESS)
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha reclamado la “plena inclusión” de mujeres y niñas afganas en la vida pública y ha alertado de las cifras “alarmantes” de alumnas excluidas de la escuela a causa de las restricciones impuestas por los talibán en Afganistán.
El director ejecutivo adjunto del organismo, Omar Abdi, ha resaltado que además de pedir la derogación de la prohibición de que mujeres trabajen para organizaciones no gubernamentales, UNICEF ha pedido a los talibán “la plena inclusión de niñas y mujeres en la vida pública, y especialmente en la educación secundaria pública y la educación superior”.
Así, ha apuntado que “más de un millón de niñas que deberían haber ido a la escuela secundaria han perdido la educación durante tres años, primero debido a la COVID-19 y después, desde septiembre de 2021, a la prohibición de asistir a la escuela secundaria”.
“Con el reciente anuncio, el pasado 20 de diciembre, de prohibir el acceso de las mujeres a la universidad y los centros educativos, las esperanzas de las niñas y mujeres afganas de aprender y trabajar se han vuelto a hundir. Estamos muy preocupados por el desarrollo de las niñas y las mujeres, y en particular por su salud mental”, ha explicado.
En este sentido, ha subrayado que si las clases de educación secundaria siguen cerradas en 2023 “se estima que a unas 215.000 niñas que asistieron a sexto grado el año pasado se les negará, una vez más, su derecho a aprender”. “Pese a la situación tan sombría, el pueblo de Afganistán no se ha rendido. Por lo tanto, nosotros tampoco debemos hacerlo”, ha destacado.
Abdi ha hecho hincapié en la existencia de “algunas señales positivas”, incluido que “se estima que 200.000 niñas siguen yendo a escuelas secundarias en alrededor de doce provincias, mientras las maestras de Secundaria continúan recibiendo sus salarios de las autoridades de facto”.
“Las autoridades con las que nos reunimos en Kabul la semana pasada nos reafirmaron que no están en contra de que las niñas aprendan en las escuelas secundarias y nuevamente prometieron reabrir los centros después de que su líder apruebe las pautas”, ha desvelado.
Por otra parte, ha incidido en que el número de clases en centros comunitarios, que tienen lugar en hogares privados y lugares públicos, “se ha duplicado de 10.000 a 20.000”. “A dichas clases asisten unos 600.000 niños, de los que el 55 por ciento son niñas”, ha apuntado.
“Gracias a este tipo de educación se consigue llegar a niños que nunca han ido a la escuela, gracias al acceso que tenemos ahora a muchas partes del país que antes eran inaccesibles debido al conflicto”, ha señalado, antes de incidir en que “estas señales positivas son el resultado tanto del compromiso de las autoridades de facto como de la presión de las comunidades locales para mantener abiertas las escuelas y las clases comunitarias”.
“Mientras las comunidades sigan exigiendo educación, debemos seguir apoyando tanto la educación pública como otras formas de educación: clases de educación comunitaria, clases de recuperación y formación profesional. Sin educación hay pocas esperanzas de un futuro mejor para las niñas y mujeres de Afganistán”, ha remachado.
Las declaraciones de Abdi llegan días después de que los talibán ordenaran a las universidades del país, tanto públicas como privadas, que prohíban a las estudiantes el acceso a la prueba de la selectividad de este año.
Esta nueva orden amplifica la restricción inicial de las autoridades talibán, anunciada en diciembre, por la que prohibía terminantemente el acceso de las mujeres a la educación superior universitaria hasta nuevo aviso, en una decisión que granjeó al movimiento fundamentalista una oleada de críticas internacionales.
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