Elder recalca que “la única forma” de salvar vidas en la Franja es a través del uso de los pasos terrestres al enclave palestino
MADRID, 20 (EUROPA PRESS)
El portavoz del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), James Elder, ha tildado de “indignante” la cantidad de ayuda humanitaria bloqueada en el lado egipcio del paso de Rafá y ha recalcado que “la única forma” de salvar vidas en la Franja de Gaza es a través del uso de los pasos terrestres al enclave palestino.
“Es indignante”, ha afirmado Elder antes de entrar a Gaza, en unas declaraciones en las que se puede ver una larga fila de camiones esperando en el lado egipcio del paso con “comida, agua, ayuda vital y medicinas”.
“Sabemos que hay niños muertos por desnutrición y deshidratación”, ha lamentado, antes de recalcar que estos suministros “deben entrar urgentemente”. “La forma más eficiente, la única forma de la que vamos a salvar la vida a niños que necesitan ayuda de forma desesperada, es a través de estas carreteras”, ha explicado.
Elder, que se ha desplazado posteriormente al Hospital Naser de la ciudad de Jan Yunis (sur), ha denunciado desde las instalaciones que en el centro “ningún doctor puede cumplir su compromiso de atender y ningún niño puede recibir atención médica”.
“La última vez que estuve en este hospital había miles de personas refugiadas y el personal médico hacía jornadas de 36 horas. Gente increíble, corriendo, dando un tratamiento increíble a todos los niños con heridas de guerra que lo necesitaban”, ha recordado.
Así, ha relatado que entonces vio “niños heridos, quemados, con vendas en sus pequeñas brazos y piernas” y ha agregado que el personal eran “superhéroes haciendo todo lo posible para salvar a los niños”. “De aquello hemos pasado al silencio solemne de la muerte en los pasillos”, ha zanjado.
UNICEF ha compartido además declaraciones de niños y madres gazatíes, entre ellos Yusef, de doce años y residente en el norte de la Franja. “Salgo temprano por la mañana y vuelvo antes del mediodía evitando bombardeos y tiroteos”, afirma el niño, cuyos dos hermanos murieron en el marco de la ofensiva israelí.
“Sacrifico mi vida para traer algo de comer. Intento traer harina para hacer pan. Cada uno come medio pedazo”, afirma Yusef, responsable de buscar comida para la familia y realizar las tareas del hogar, dado que su madre tiene discapacidad y su padre es ciego.
Mohamad, de ocho años, se ha visto desplazado junto a su familia en Yabalia (norte). “Cuando me despierto, le pido a mi madre que me dé un poco de pan, pero me dice que no hay”, lamenta el niño, cuya hermana ha contraído hepatitis, sin contar con medicinas para tratarse.
Otro de los casos es el de Baha, cuya hermana fue enterrada cerca de su casa tras morir por el impacto de metralla de un proyectil. “Es muy difícil conseguir harina, así que ni siquiera tenemos pan. Echo de menos los días normales, cuando nos levantábamos y desayunábamos antes de ir a la escuela”, relata.
Samira Sabita, madre de un niño de año y medio con desnutrición en la ciudad de Rafá, afirma que alimentar a su hijo “está siendo muy difícil”. “Sufre desnutrición, su cuerpo está débil y pesa 8,5 kilogramos, lo cual está por debajo del peso normal para su edad”, especifica.
La situación es similar a la de Asma Hashim, madre de una niña que también padece desnutrición. “Mi hija padece desnutrición. Antes de la guerra, solía alimentarla con frutas y verduras, pero ahora no puedo proporcionarle nada de eso”, subraya.
La ONU y diversas organizaciones no gubernamentales han advertido en reiteradas ocasiones sobre la gravísima crisis humanitaria en el enclave palestino y han reclamado a Israel que permita la entrada sin restricciones de ayuda humanitaria a un nivel equivalente a las necesidades. Sin embargo, Israel defiende sus acciones y argumenta que ya se entrega ayuda, incluidos envíos por aire y la reciente apertura de un corredor marítimo desde Chipre.
En este contexto, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) alertó el lunes de que la hambruna es “inminente” en la zona norte de la Franja, antes de agregar que la mitad de la población gazatí, cerca de 1,1 millones de personas, hacen frente a niveles catastróficos de inseguridad alimentaria.
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