MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Un equipo de investigadores ha desarrollado una nueva técnica radical para analizar las pruebas en casos de agresión sexual. El nuevo enfoque podría agilizar el proceso forense y reducir los retrasos en el procesamiento de las pruebas de ADN. La investigación se describe en un artículo publicado en la revista ‘Advanced Science’ por la Universidad de Toronto (Canadá).
“Para esta investigación, leímos informes y encuestas en las que se preguntaba a las víctimas por qué no denunciaban las agresiones –afirma el investigador Mohamed Elsayed de la citada universidad–. Y la respuesta más común fue que no tenían confianza en el sistema judicial, y esa falta de confianza se debía en parte a lo largo que era el proceso”.
El autor principal, Elsayed, trabajó en este proyecto como parte de su doctorado en Ingeniería Biomédica, pero ahora es investigador postdoctoral en el Departamento de Química de la Universidad de Toronto (U of T). Entre sus coautores de la U of T se incluyen el profesor Aaron Wheeler del Departamento de Química, el Instituto de Ingeniería Biomédica de la U of T y el Centro de Investigación y Aplicaciones en Tecnologías Fluidídicas, y Leticia Bodo , miembro del Innis College y estudiante de maestría en el Departamento de Química. Los tres también están afiliados al Centro Donnelly de Investigación Celular y Biomolecular.
El procesamiento de las pruebas forenses en casos de agresión sexual es un proceso altamente técnico que consta de varios pasos. Por lo general, primero se recogen las pruebas de ADN de la víctima y luego se envían a un laboratorio forense bien equipado para que las analice un técnico especializado. Una vez allí, la muestra se procesa primero para aislar el ADN del agresor del de la víctima; luego se puede realizar el análisis del ADN del agresor y utilizarlo para identificar a un sospechoso. Todo el proceso puede llevar días, semanas o más. La mayor parte de ese tiempo se emplea en transportar la evidencia al laboratorio; además, una vez en el laboratorio, la velocidad con la que se analiza la muestra depende de la cantidad de otros casos que requieran análisis.
Los investigadores se centraron en el primer paso: separar el ADN de dos individuos a partir de una única muestra. Actualmente, esto solo puede hacerse manualmente por expertos formados y con experiencia en un laboratorio, es decir, no existe una solución automatizada.
Lo que Elsayed y sus colaboradores han desarrollado es un proceso para separar el ADN de dos individuos empleando un proceso llamado técnica de digestión diferencial mediante microfluidos digitales. El nuevo enfoque mitiga los desafíos logísticos y técnicos actuales. Los investigadores simplificaron el proceso al reducir el número de pasos manuales necesarios para aislar el ADN del agresor de 13 a cinco. “Además, como los procesos microfluídicos tienden a ser más rápidos, esperamos que uno de los beneficios finales sea acortar el tiempo total necesario”, afirma Elsayed.
Además, el nuevo enfoque podría dar lugar a una solución móvil que no requiera un laboratorio. Por ejemplo, las pruebas podrían realizarse en un hospital al que normalmente se lleva a una víctima en un caso de agresión sexual, eliminando así el tiempo necesario para que la muestra llegue al laboratorio y evitando la cola de espera.
La nueva técnica es compatible con la tecnología conocida como Análisis Rápido de ADN, que ya se utiliza para el segundo paso de la identificación de un individuo a partir de su ADN. Según los autores, el objetivo a largo plazo sería integrar las dos tecnologías para agilizar aún más el proceso.
Hay muchos desafíos que superar antes de que la nueva técnica esté operativa y sea utilizada, pero Elsayed confía en que esos desafíos se resolverán y ha concentrado sus esfuerzos en hacerla comercialmente viable y ampliamente accesible. “Nuestro plan es desarrollar un instrumento que haga en cinco minutos lo que actualmente lleva 45 –afirma Elsayed–. Y que pueda analizar muchas más muestras que antes. Una vez que lo logremos, el siguiente paso será introducir la tecnología en los laboratorios forenses y los hospitales. Llevará años, pero el potencial es muy interesante”.
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