MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Un grupo de investigadores del proyecto NANOSIM han publicado un estudio en la revista ‘Pharmaceutics’ que abre la puerta a un nuevo tratamiento basado en nanopartículas para la enfermedad hepática crónica.
El proyecto NANOSIM, una iniciativa internacional e interdisciplinaria liderada desde el Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR) y en el que participan varios grupos del CIBER, tiene como objetivo lograr un método de administración usando nanopartículas que mejore la eficacia y aumente la seguridad de los fármacos para la enfermedad hepática crónica.
Hasta ahora, la única opción terapéutica para los pacientes se limita en eliminar el agente etiológico (o el promotor externo del daño), ya sea un virus, como la Hepatitis B, o una sustancia, como el alcohol. Una vez eliminado el agente, solo se puede realizar un tratamiento preventivo de las principales complicaciones asociadas, pero nada para evitar o ralentizar el daño en el hígado.
Ahora, el equipo detrás de NANOSIM ha publicado un estudio que abre la puerta a un tratamiento que se dirige específicamente a las células endoteliales sinusoidales del hígado, que son las primeras inductoras del daño hepático. La innovación no es una nueva droga, sino un nuevo método de administración que utiliza la nanotecnología para que el medicamento actúe directamente sobre las células hepáticas clave.
“Las enfermedades hepáticas crónicas son la quinta causa de mortalidad en adultos de 50-70 años y provocan el 85 por ciento de los trasplantes hepáticos. Solo en el territorio europeo se calcula que hay 29 millones de personas afectadas”, ha destacado la responsable del laboratorio de Enfermedades Hepáticas Crónicas Avanzadas dentro del grupo de Enfermedades Hepáticas del VHIR, María Martell.
El equipo de investigación se centró en la simvastatina, un medicamento que se usa como terapia complementaria para el colesterol y que había demostrado tener una función protectora de las células endoteliales, que son clave para evitar la creación de fibrosis hepática que causa la inflamación del hígado.
El problema es que la administración oral o intravenosa de la dosis necesaria provoca una serie de efectos secundarios, a nivel muscular y hepático, lo que limita su uso. El objetivo de la investigación fue encontrar una forma de administrar el medicamento directamente a las células endoteliales del seno sinusoide hepático sin que este se pudiera dispersar por otras partes del cuerpo y causar efectos secundarios no deseados.
Este direccionamiento activo y específico se logró mediante la unión de micelas poliméricas a péptidos reconocidos por el marcador de superficie CD32b, específico de las células endoteliales del hígado. De esta manera, se logró, en modelos ‘in vivo’, una reducción de la fibrosis hepática sin un aumento significativo de la toxicidad y, por lo tanto, un método efectivo y seguro para tratar las enfermedades hepáticas crónicas.
“Una vez hemos demostrado la eficacia de la tecnología para llegar directamente a las células endoteliales del senosinusoide, se abre un amplio abanico de posibles medicamentos con los que podemos utilizar esta nanotecnología para mejorar el funcionamiento hepático”, ha finalizado la jefa del grupo de Bioquímica Clínica, Vehiculización de Fármacos y Terapia del VHIR, Ibane Abasolo.
- Te recomendamos -