MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
Monserrat Toledo acaba de recibir el ‘Premio a la Mujer Trabajadora con Discapacidad’ de Ceuta. Tras pasar nueve años despachando prensa y golosinas desde el mostrador de un quiosco, su determinación le llevó a presentarse a unas oposiciones que superó con éxito. Lleva más de dos años trabajando como funcionaria en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta, donde trata a su manera hacer algo más dulce un trago amargo como es el de la crisis migratoria.
Montse reivindica en este Día Internacional de la Mujer Trabajadora el papel que les corresponde a las mujeres como ella, con discapacidad intelectual. “Si quieres estudiar o trabajar hazlo y que nadie te impida alcanzar tu sueño ni conseguir una ilusión”, asevera con firmeza en una entrevista a Servimedia.
A sus 46 años, esta ceutí no ha perdido el tiempo y ha estudiado para ser técnica de comercio. Luego se formó en hostelería y turismo; hizo cursos de cocina y de jardinería del Imserso; además de informática a través de la ONCE. Y, por último, también tiene formación en marketing digital, diseño de páginas web y diseño gráfico.
Cuando se le presentó la oportunidad de opositar por el cupo de discapacidad intelectual para una plaza de Ayudante de Gestión de Servicios Comunes “estaba más que preparada”. “Aprobé el examen con un 80% de aciertos. Presenté mis méritos, mis títulos y la vida laboral que tenía y quedé en el tercer puesto”, relata con orgullo.
“Me siento muy bien después de haberlo conseguido porque no todo el mundo aprueba unas oposiciones y allí estábamos más de 3.000 aspirantes para alrededor de 420 plazas, que son las que salieron ofertadas por el cupo del 2% de discapacidad intelectual”, relata.
Desafortunadamente, esta no es la realidad de las mujeres con discapacidad en España. La Fundación Cermi Mujeres en su Manifiesto del 8 de marzo recuerda que “hay más de dos millones y medio de mujeres con discapacidad” en este país y que “solo tres de cada 10 tienen trabajo”.
Montse se lamenta de las pocas plazas que hay en cada convocatoria para acceder a un empleo público por el cupo de la discapacidad intelectual. “Hay muchas personas con discapacidad intelectual que están muy preparadas para ocupar puestos de trabajo y están en sus casas.
DEL QUIOSCO AL CENTRO DE INMIGRANTES
Esta vecina de Ceuta había pasado mil veces por la puerta de alguno de los Centros de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de su ciudad, pero nunca había imaginado que aquel sería su lugar de trabajo, donde hoy es “plenamente feliz”. “Todos los compañeros son muy buenos conmigo, tanto los trabajadores sociales como los abogados, los administrativos, el director, los traductores, los vigilantes de seguridad. Todos”, afirma.
Cuando los migrantes llegan al centro, el primer rostro que ven es el de Montse, que atiende la recepción. “Bueno primero se encuentran con mi compañero el vigilante de la puerta, pero después, les atiendo yo”, relata. “Pienso que todos somos personas y todos los que están allí se merecen que les saludes, que les trates bien, que les hables con amabilidad como ellos me hablan a mí”.
Su trabajo como ayudante de gestión de servicios comunes le mantiene en contacto permanente con los residentes. Asegura que son “personas amables que llegan buscando un futuro, una vida mejor”.
Desde que atiende la recepción de este lugar, ha aprendido algunas palabras en árabe y en francés. “Son muy educados y suelen venir, por ejemplo, a que les haga una fotocopia o les dé un plástico para los documentos y me dicen ‘Gracias, señora, ‘shucrán’, que significa gracias.
Quizá Montse conecte de un modo especial con aquellos que lo tienen más difícil para llegar a la meta porque la discapacidad siempre ha tenido vallas que saltar.
“SEXUALMENTE LIBERADA”
La perseverancia de Montse ha sido reconocida este año con el ‘X Premio a la Mujer Trabajadora con Discapacidad’ que concede Plena inclusión Ceuta. Pero su influencia va más allá y actualmente es el espejo donde otras mujeres, en situaciones similares, se miran. “Puedes tener pareja, tener hijos y tener la vida que quieras”, asevera.
Este discurso se alinea con el tema central de la campaña de Plena inclusión con motivo del Día Internacional de la Mujer de este año, que plantea #TambiénPodemosSerMadres. El objetivo es defender el derecho de las mujeres con discapacidad intelectual a decidir si quieren ser madres o no. En definitiva, se trata de reclamar sus derechos sexuales y reproductivos, así como exigir políticas de igualdad en el ámbito de la salud sexual.
Un estudio de Plena inclusión reveló que “ocho de cada diez mujeres con discapacidad intelectual y del desarrollo no tienen relaciones sexuales”, y que “a siete de cada diez les gustaría tener más información sobre sexualidad”.
Montse, a sus 46 años, está acostumbrada a derribar muros y estereotipos construidos en torno a la discapacidad y se define como “una mujer sexualmente liberada”. “Tengo novio, un hombre de 51 años, con el que llevo ocho de relación abierta”. “Tenemos amigos y amigas, y con algunos de ellos suelo tener relaciones, (con otros no), porque tienen una relación cerrada”, puntualiza.
Se declara “una friki del manga y el anime” y comparte con su pareja, David, su pasión por el universo Star Wars y su forma de entender las relaciones sexoafectivas. Montserrat Toledo, definitivamente, es una mujer libre que no entiende de barreras ni para estudiar, trabajar ni amar.
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